Una serie de robots e inteligencias artificiales de última generación, bajo la forma de humanoides, se reúnen hoy y mañana en una cumbre promovida por Naciones Unidas para mostrar que estas tecnologías pueden cumplir fines sociales y de asistencia a personas necesitadas de cuidados o vulnerables.
La Cumbre Global de Inteligencia Artificial al Servicio del Bien organizado por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), el brazo tecnológico de la ONU, acoge esta semana en Ginebra a decenas de inventores, desarrolladores y androides que ofrecen una versión amable de las IA.
Entre las tareas que muestran que pueden cumplir figuran ciertos actos de enfermería, el cuidado de bebés, la atención al público, la creación artística y la interacción con personas mayores o con necesidades especiales.
Entre los robots que pueden verse en la cumbre destaca PARO, un adorable dispositivo que se asemeja a la cría de una foca y que fue desarrollado por el Instituto Nacional de Ciencia y Tecnología Industrial Avanzada de Japón.
Su creador, el doctor Takanori Shinata, dijo a EFE que la creación -conocida en español con el nombre comercial Nuka- es un artefacto médico y terapéutico, que puede utilizarse para apoyar a enfermos con depresión, ansiedad, demencia, párkinson, síndrome de Down, autismo o, incluso, cáncer.
Las suspicacias iniciales de los usuarios son uno de los principales problemas a los que se enfrentan los robots humanoides y sus creadores.
La profesora de la Universidad de Ginebra, Nadia Magnenat -que ha servido de modelo para el robot social Nadine- reconoce que el trato con los robots es difícil para algunas personas, que prefieren realizar sus trámites o pedir indicaciones a personas reales en lugar de a los autómatas.
No obstante, «pasadas un par de horas, la gente se acostumbra», sostuvo la profesora Magnenat.
Llama la atención el caso de los robots conversacionales Furhat, diseñados por la empresa sueca Furhat Robotics para «calmar a los usuarios y generarles confianza».
Los dispositivos Furhat consisten en un busto equipado con un proyector que refleja diferentes rostros sobre una máscara de plástico que puede personalizarse para parecerse a la cara de una persona real o a la de un personaje animado.
Furhat Robotics pretende dotar a las IA de una apariencia más humana para facilitar la interacción con ellas en estaciones de tren, aeropuertos, consultas médicas y otros lugares concurridos.
«No son sólo avatares. Esto es algo con lo que te puedes sentir escuchado», dijo a EFE uno de sus inventores, Nils Hagberg.
Carritos de bebés autónomos
Sin embargo, no todos los dispositivos que participan en la cumbre de Ginebra tienen apariencia humana.
Es el caso del carrito de bebé inteligente «Ella», que cuenta con un sofisticado sistema de frenos y conducción autónoma que le permite avanzar prácticamente solo o ser programado para moverse delante o al costado del cuidador, mientras éste habla por teléfono, sostiene las bolsas de la compra o sale a correr.
Aunque la interacción entre las máquinas y los humanos está en el centro del debate global sobre las IA, algunos aparatos están diseñados para servir únicamente como emisores de información.
Este es el caso de Geminoid HI-2, un androide nipón manejado a distancia por su creador Hiroshi Ishiguro
Diseñado como un avatar del propio inventor, Geminoid HI-2 es capaz de dar discursos largos, ponencias y clases, pero no puede responder a las preguntas espontáneas de los oyentes.
Justamente, varios de los colegas robóticos de Geminoid HI-2 intervendrán mañana en una esperada rueda de prensa en la que responderán a los periodistas, en un acto que será el primero de este tipo. (EFE)
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