El paso del príncipe Harry por el Reino Unido ha sido tan breve como amargo. El duque de Sussex llegó solo a la Abadía de Westminster, siendo el quinto en la línea sucesoria entró detrás de la undécima, su prima Eugenia de York, y ocupó una tercera fila viendo como los hijos y nietos de su madrastra, los Parker Bowles, se sentaban en primera. La imagen de Harry fue triste y dejó una impresión clara: la llegada de Carlos III ha requilibrado las fuerzas dentro de la institución y si antes era Harry el que cortaba con la Casa Real británica, ahora han sido ellos los que han cortado (en público) con él. En este escenario, ¿qué conclusiones se extraen de su viaje? ¿Qué familia le queda a Harry en el Reino Unido? ¿Quién se alegra de su regreso? Atrás queda el tiempo en el que Isabel II se esforzaba porque todos sus nietos tuvieran el mismo lugar o, al menos, estuvieran felices con su posición. Desde septiembre ella ya no está y con el nuevo reinado se ha establecido un nuevo orden. Si durante el funeral de Estado, el príncipe Harry recibió el trato que corresponde a su posición en la línea sucesoria, ahora eso ha cambiado y es posible que se deba a tres factores claves.
El nuevo papel de Guillermo como príncipe de Gales
Por mucho que Harry cuente en su biografía que, desde siempre, Guillermo fue la gran estrella por ser el heredero y él solo el repuesto, a ojos de la opinión pública, como hijos de Carlos y Diana y nietos de la reina, eran similares. Al menos en la vida institucional, los dos gozaban de una posición similar, compartían fundación y se repartían la agenda oficial del Palacio de Kensington. Es más, durante un tiempo no muy lejano, en términos de popularidad, Harry ocupaba el pódium, el más carismático y accesible. Sobre él recayeron importantes funciones, como acompañar en solitario a los reyes Felipe y Letizia a la Abadía de Westminster durante el viaje de Estado que hicieron en el 2017.
Todo cambió con su salida de la Casa Real británica en marzo de 2020, llegaron las entrevistas y las acusaciones, a pesar de ello, sabemos por la biografía de Harry, el rey Carlos intentaba mediar entre los dos hermanos y templar posiciones. Eso era posible, en parte, porque todavía no se había producido el relevo en la Corona, pero, tras la muerte de Isabel II, Guillermo, como príncipe de Gales, tiene mucho más poder del que tenía antes, más obligaciones, más privilegios y más autoridad para determinar el futuro de la institución. Ya no son dos hermanos al mismo nivel, ahora sí, uno es el heredero indiscutible y el otro está definitivamente afuera. ¿Aceptaría Guillermo que sentaran a Harry en primera fila, es decir, a su lado, durante la Coronación? Harry también es hijo del rey, pero en los últimos tiempos ha atacado a la institución que Guillermo y Kate defienden con uñas y dientes para ellos y para sus hijos, separar las dos cosas parece difícil.
El factor Camilla, de madrastra a reina
Dentro de ese nuevo orden, el papel y el peso de Camilla dentro de la institución también ha cambiado. En el reinado de Isabel II, ella era duquesa consorte de Cornualles, mientras que Harry era un Windsor de nacimiento. Ahora eso ha cambiado, Camilla es la reina y, por encima, solo está el rey. Solo de esa forma se explica que los Parker Bowles –su hermana, hijos y nietos- recibieran una posición mejor dentro de la abadía que la tuvo que Harry. Es más, hasta ahora la familia de Camilla no tenía presencia en la vida pública y eso ha cambiado. Sin olvidar que tanto su hijo, Tom Parker Bowles, como su mejor amiga, Lady Lansdowne, han hecho declaraciones para defender a Camilla tras la publicación de las memorias de Harry. No hay que olvidar que la más perjudicada de esa biografía fue precisamente Camilla, ya que Harry contó que era una maestra de las filtraciones y la dibujó como una “estratega” con un plan para llegar a la boda y a la corona. Este pudo ser otro punto de inflexión.
Carlos III “toleró” las acusaciones de racismo, el enfrentamiento abierto con Guillemo y Kate, los ataques a trabajadores de institución, al sistema de comunicación, sobre la ayuda económica que recibieron para comenzar su nueva vida, e incluso, sobre su papel de padre. Sin embargo, la biografía –en comparación con lo que había contado a Oprah Winfrey o durante su documental en Netflix- contenía ataques directos a Camilla.
El príncipe Harry ‘de York’
El fugaz y gris paso del príncipe Harry por Londres nos lleva a preguntarnos qué familia le queda en su país, no en el sentido literal, más bien, quién se alegra de su regreso. La princesa Ana, sin ser la más espontanea, no pudo ocultar su alegría y él tampoco, igual que su hija, Zara. Por otro lado, es evidente que Harry entró en la abadía como un York y los York son los que menos peso tienen dentro de este reinado, ya que, a pesar de que el príncipe Andrés se resista a su retirada, él es el único de los hermanos de Carlos III sin funciones institucionales desde que saltó el Caso Epstein.
La ausencia de Andrés: el destierro del favorito
Harry llegó solo, recibió el saludo de sus primas –Zara, Eugenia y Beatriz- y fue Edoardo Mapelli Mozzi, el marido de Beatriz, el que le cedió el paso y le dio conversación en un momento evidentemente incómodo. Después todos, con el príncipe Andrés a la cabeza (vestido de caballero del Orden de la Jarretera, una distinción que no le han quitado) entraron en la abadía. Con el tiempo hemos sabido que para el príncipe Harry los duques de York y sus hijas han sido importantes en su vida. Es más, antes de conocer a Guillermo y Kate, antes de conocer a Carlos y Camilla y antes de conocer a Isabel II, Meghan Markle conoció a los York, porque era en casa de los York donde Harry se sentía cómodo.
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