De acuerdo con la Agencia de Calidad de Internet, en la actualidad existen cerca de 4 millones de publicaciones con hashtags que utilizan las personas con Trastorno de Conducta Alimentaria (TCA).
Pero ¿qué es un TCA? La Universidad de Barcelona lo define de la siguiente manera en su página web: “Científicamente estas son enfermedades mentales graves que se relacionan con una conducta alterada respecto a los hábitos alimentarios, lo que se traduce en comportamientos que van desde la falta de ingesta de comida hasta comer de forma descontrolada o a su vez la falta de ingesta de comida”. (1)
La anorexia, la bulimia nerviosa y el trastorno alimentario compulsivo son algunos de ellos.
En el caso de la anorexia es una restricción de la ingesta de alimentos, que demuestra una pérdida de peso desmedida porque las personas tienen una percepción deformada de su propio cuerpo y creen tener sobrepeso, o que todo lo que ingieren les hará aumentar de peso. Así se genera la anorexia nerviosa.
Las personas con este tipo de TAC primero restringen la ingesta de carbohidratos como harinas, arroz, pan, yuca, entre otros, pero en determinado momento eso ya no les satisface y dejan de comer otros nutrientes como son las proteínas, continúa avanzando hasta que termina comiendo vegetales en porciones muy pequeñas y, finalmente, llega al extremo de no comer nada e incluso dejan de beber agua.
La causa específica de su origen es desconocida; sin embargo, tienen gran influencia los factores sociales, la familia, la influencia de amistades del colegio, la universidad, es decir el entorno en el que se encuentra una persona puede incidir en estos tipos de trastornos alimenticios, como medio para lograr cierta aceptación, dentro y fuera de su círculo cercano; en algunos casos tratan de imitar a personajes del cine o la televisión, por quererse parecer a ellos en su figura.
Otro aspecto es la experiencia de ver a un familiar con exceso de peso y los problemas que esto conlleva, los cuales pueden incitarla a desarrollar este trastorno porque el temor a no querer ser igual.
La otra condición contraria a la anorexia es la bulimia, que hace que las personas se vean muy delgadas y comienzan a comer en exceso.
En las etiquetas #Ana (anorexia) y #Mía (bulimia), se comparten trucos o experiencias que, supuestamente, ayudan a otros a adelgazar o a hacer conductas propias de un TCA.
Muchos adolescentes, jóvenes e incluso adultos usan las redes sociales para ser aprobados, si a ello se suman los filtros, la presión por la imagen corporal, la publicidad engañosa y el exceso de información nutricional, son factores de riesgo, que predisponen a desencadenar Trastornos de Conducta Alimentaria.
Cuando la persona deja de ingerir alimentos adecuadamente se altera el sistema hormonal y se produce una falta de nutrientes esenciales hasta llegar a una anemia o un estado de raquitismo si es muy avanzado y extremo. La persona que no recibe una adecuada alimentación se debilita y al haber falta de los requerimientos nutricionales: vitaminas, minerales y proteínas se baja de peso. En el caso de las mujeres se alteran los ciclos menstruales y el ciclo hormonal.
Por causa de la deficiencia de vitaminas, minerales y proteica hay pérdida de cabello y problemas de mineralización ósea, además de anemia y la disminución del estado inmunológico pudiendo contagiarse de otras enfermedades.
Con la bulimia el exceso de peso eleva el índice glucémico y la presión arterial. La obesidad puede provocar hígado graso, alteraciones a nivel de páncreas hasta desencadenar una diabetes o intolerancia a la insulina.
Por supuesto, todo al final el día va a terminar en una enfermedad orgánica de origen metabólico. Hay personas que en determinados períodos de estrés se les abre el apetito, pero cuando se reducen estos niveles se normaliza su alimentación.
La única diferencia entre la bulimia y la anorexia son las consecuencias.
Al hablar de conducta el problema es psicológico y debe intervenir un especialista en esa área, además del nutricionista que aplicará un plan de dietas para lograr el peso ideal. En muchos casos interviene el endocrinólogo y el gastroenterólogo para recuperar al paciente de manera orgánica. En ambos casos el apoyo familiar es muy importante para que el paciente pueda seguir las indicaciones médicas.
Muchas veces queremos culpar de todo a las redes sociales. Si bien estás de alguna manera influyen o dan muchas veces información equivocada, que se asumen como verdaderas, finalmente, es la persona quien decide hacer o no lo que ve en las redes, en base a su criterio lógico apoyado en buena información o literatura científica
Para discernir la información verdadera de la falsa de todo lo que nos llega por la Internet y las redes sociales, lo mejor es prevenir y eso se logra con educación y buenos asesoramiento de profesionales en la salud.
La mejor recomendación es no vivir de la ficción, del rumor, o de la “novelerías” y comentarios sin fundamento. Es importante considerar adquirir literatura científica que de buenas recomendaciones, evitar por último la cultura de la curación, esperar enfermarse para luego curar, es mucho mejor la prevención.
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