Durante la última visita oficial del presidente de la República, Guillermo Lasso, a Estados Unidos, entre el 13 y el 21 de septiembre de 2022, el Gobierno ecuatoriano dejó claras sus intenciones de buscar un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
En la delegación estuvo el ministro de Economía, Pablo Arosemena, quien se reunió con representantes de los organismos multilaterales para preparar el camino hacia una nueva negociación.
Sin embargo, el panorama se muestra cuesta arriba porque el país enfrenta problemas estructurales en sus finanzas públicas para 2023: para bajar el déficit es imposible más impuestos; el espacio para reducir gastos es muy limitado; y resulta complejo financiar el déficit fiscal con un alto riesgo país.
“El próximo año, una vez que concluya este programa, haremos otro”, dijo Guillermo Lasso el jueves, en una entrevista mientras viajaba por Nueva York en una camioneta diplomática luego de una reunión en la sede de Goldman Sachs Group Inc.
Una caída en los bonos en dólares de la nación desde junio, provocada inicialmente por disturbios masivos sobre los precios del combustible, hace que el retorno a los mercados crediticios globales sea impracticable en el futuro cercano. El rendimiento de la deuda en dólares del país con vencimiento en 2040 ha subido al 16,3%, frente a menos del 10% a principios de año.
Aunque los costos de endeudamiento de Ecuador son altos, todavía hay opciones para obtener créditos de prestamistas multilaterales, agregó Lasso.
Los detalles sobre un posible programa futuro con el Fondo aún deben definirse.
Goldman y JPMorgan
En reuniones con Goldman y JPMorgan Chase & Co. esta semana, Lasso expuso por qué cree que los bonos de Ecuador están sobrevendidos. La nación es políticamente estable y tiene fundamentos sólidos, les dijo.
“Aún en lo político, este es un Gobierno muy sólido que ha logrado ganar batallas democráticamente”, comentó Lasso. “No hay razón para tener preocupación por la estabilidad política de Ecuador”.
En junio, enfrentó más de tres semanas de protestas a menudo violentas, principalmente de grupos indígenas que exigían mayores subsidios a los combustibles. En medio de los disturbios, la Asamblea Nacional controlada por la oposición montó un intento fallido de juicio político. Las percepciones de los inversionistas sobre el país se vieron afectadas, revirtiendo el repunte que siguió tras la victoria de Lasso, favorable al mercado, en las elecciones de 2021.
Esta semana, el Gobierno también llegó a un acuerdo de pago con la petrolera francesa Perenco SA, que había solicitado el bloqueo de activos internacionales ecuatorianos para hacer cumplir un laudo arbitral de $ 412 millones.
“Se ha llegado a un acuerdo para poder hacer un pago ‘upfront’ y la diferencia en un plazo a discutir en los próximos 15 meses”, indicó Lasso.
Ecuador también anunció esta semana una renegociación de la deuda respaldada por petróleo con China que ahorrará $ 1.400 millones en próximos pagos de deuda y vencimientos extendidos. Al mismo tiempo, su Gobierno no planea recurrir a los bancos chinos para endeudarse en 2023, dijo Lasso.
Entre las fuentes adicionales de financiamiento, Ecuador prevé obtener financiamiento de Estados Unidos para ayudar a proteger la Amazonía, comentó Lasso.
Las ofertas por Banco del Pacífico, un banco comercial que se convirtió en propiedad estatal en medio de una crisis financiera en 1999, deben presentarse la próxima semana y se venderá a un banco extranjero en enero, dijo Lasso.
Ecuador está bien posicionado para capear una posible recesión económica mundial, con algunas exportaciones clave como el camarón, que registra una demanda internacional récord, agregó Lasso.
Hasta finales de octubre de 2022, el Gobierno debe enviar el Presupuesto General del Estado para 2023 a la Asamblea Nacional.
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