A mediados de agosto del 2022, una investigación reportó el primer caso de transmisión de viruela del mono de un humano a un perro doméstico.
De acuerdo con la revista científica The Lancet, el can raza galgo italiano, de cuatro años, presentó lesiones mucocutáneas, llagas de pus en el abdomen y una pequeña úlcera en el ano.
Los estudios realizados mostraron que sus cuidadores fueron quienes lo infectaron. Según la publicación, la pareja presentó síntomas de la enfermedad y acudieron a un hospital de París, en Francia, para corroborar el diagnóstico.
A los 12 días del inicio de la sintomatología, al perro le empezaron a aparecer las primeras lesiones, por lo que los especialistas también le realizaron las pruebas que dieron positivo para viruela del mono.
El director de Emergencias de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Michael Ryan, explicó el pasado 18 de agosto que la transmisión del virus a un animal en un entorno doméstico cerrado no es inusual.
Agregó que era una situación esperada porque las mascotas viven en un entorno cerrado y tienen proximidad con el infectado, como el resto de miembros de la familia.
Ryan aclaró que “los animales y las mascotas no representan un riesgo para las personas” y consideró que el problema no tiene que ver con un único animal infectado, sino con la posibilidad de que el virus se instale en una nueva especie y pueda evolucionar en ella.
Esto podría cambiar la manera en la que actúa el virus o la respuesta inmunitaria que provoca.
El médico especializado en veterinaria y zootecnia, Alberto Orlando, explica que los cuidados que se deben tener con las mascotas cuando hay una enfermedad infecciosa son los mismos que se practican con los humanos.
El aislamiento y uso de mascarilla son claves. “Ante la muestra de cualquier síntoma tenemos que encerrarnos en nuestra habitación, tener vajilla propia, si es posible un baño exclusivo, no tener contacto ni con animales, ni con otras personas”, dice.
Orlando menciona que no solo se trata de la viruela del mono, sino de muchas otras enfermedades transmisibles e infecciosas, que pueden saltar de humanos a animales, de animales a humanos y entre animales.
Si el caso es el contrario, y la mascota con la que se vive está enferma, la lógica es la misma. Hay que aislarlo y tomar medidas como el uso de mascarilla y desinfectar el hogar.
“Son medidas sanitarias que han existido desde inicios de siglo pero las hemos olvidado”, agrega.
Sobre el tiempo de aislamiento, el Centro Europeo para el Control y Prevención de Enfermedades (ECDC) recomienda establecer una cuarentena de 21 días para la persona infectada y para su mascota, alejados uno del otro.
Covid-19 y mascotas
En mayo del 2021, Orlando presentó un estudio que reveló la presencia de SARS-CoV-2 en perros y gatos de familias donde había una o más personas contagiadas con la enfermedad.
Los investigadores recolectaron muestras de 47 animales (40 perros y 7 gatos) en 26 domicilios de Guayaquil. En total, 12 perros y un gato dieron positivo, es decir, tenían una infección al momento de la toma de la muestra.
Orlando explicó que se evidenció que los animales de compañía no tienen la capacidad de transmitir el virus entre sus propias especies y peor a otras como el humano.
El especialista recordó el caso que se dio en un domicilio en donde había cuatro perros. Dos de ellos se infectaron y fue porque tenían una estrecha relación con su dueño, dormían juntos e inclusive compartían alimentos.
“Todo esto nos muestra que el humano tuvo la capacidad de transmitir el virus al perro, pero la mascota no tiene la capacidad para contagiar ni siquiera a otro animal”, dijo Orlando.
Por ello, el galeno insiste en que si una persona presenta síntomas no solo debe tomar las precauciones con quienes le rodean, también con las mascotas.
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