Las escenas de los incendios forestales en el sur de Europa son devastadoras. En localidades de España y Portugal, dos de las naciones más afectadas, el fuego arrasador es visto como un apocalipsis.
“Esto parece el fin del mundo (…) Ardía todo, si las casas no se quemaron fue porque la gente no dudó en defenderlas”, dijo a la televisión local el ciudadano portugués Adelino Rodrigues.
Pero no todos han logrado proteger sus propiedades. “El fuego me rodeaba por delante y detrás”, aseguró entre lágrimas Fernando Agostinho, quien pocos días antes terminó la remodelación de su vivienda, cerca de la ciudad de Pombal. Ahora todo ha quedado arrasado por la magnitud de las llamas.
Portugal mantiene la alerta roja en cinco distritos por las altas temperaturas y los incendios, especialmente en el centro y norte del país, donde hay al menos 28 deflagraciones activas, contra las que combaten más de 2.000 bomberos desplegados sobre el terreno.
Sin embargo, los equipos contra incendios se ven sobrepasados por la fuerza de las llamas. El grueso de las deflagraciones se concentra en Leiria y Aveiro, en el centro de la nación y en Viana do Castelo y la región de Oporto, en el norte.
Desde el pasado domingo 10 de julio, las autoridades declararon el “estado de contingencia” y unas 800 personas han sido evacuadas de sus hogares, según datos de la Autoridad de Protección Civil.
Al menos una persona ha muerto y 135 han sufrido heridas leves. No hay una cifra oficial sobre la superficie calcinada desde que comenzó la ola actual de incendios en el país hace una semana.
Aunque el devastador panorama se registra en medio de una intensa ola de calor, que en este país ha llegado a superar los 40 grados centígrados, el comandante de la Autoridad Nacional de Emergencia y Protección Civil, André Macedo Fernandes, aseguró que más de la mitad de los focos de fuego se producen por negligencias como cortes agrícolas para limpieza de terrenos o la realización de barbacoas en zonas forestales.
La situación empeora cuando el fuego se ve avivado por la temperatura, el viento y la sequía.
Infierno en Extremadura, España
Al otro lado de la frontera, en el oeste de España, un incendio que comenzó en Las Hurdes, Extremadura, el pasado martes se extendió a la provincia de Salamanca, en la región de Castilla y León, lo que obligó a la evacuación de varios campamentos.
Hasta el momento las llamas en ese lugar han consumido más de 4.000 hectáreas. Y con el paso de las horas y días, la evolución de la deflagración se ha ido complicando. Una solución pronta es incierta debido a las proliferaciones de otros focos de fuego en las inmediaciones.
El incendio avanza sin control y alcanzó el Parque Nacional de Monfragüe, ubicado también en la comunidad de Extremadura. La reserva natural arde en llamas desde el medio día del jueves 14 de julio.
Ante este panorama, los residentes de áreas cercanas recibieron la orden de evacuación, mientras los bomberos respaldados con tres helicópteros intentan extinguir el incendio.
“El problema es que, como hemos dicho muchas veces, no hay lugar dónde pararlo. Ni siquiera el río es una garantía, pues puede saltarlo con facilidad. Qué día más duro nos espera”, describió a la prensa local Francisco Castañares, presidente de la asociación de amigos del parque y experto forestal.
Los récords climáticos se han igualado o superado en muchas partes de España, con el termómetro marcando, por primera vez, los 44,1 °C en la ciudad noroccidental de Ourense, en Galicia, una comunidad generalmente con temperaturas más bajas en comparación con el resto del país.
En zonas de Extremadura alcanzaron los 45°C el jueves.
Cayetano Torres, portavoz de la oficina meteorológica española, Aemet, afirmó que si bien se esperaba que la ola de calor, la segunda del verano en España, termine el lunes 18 de julio, puede que no sea la última del año.
Regiones de Francia, Grecia y Croacia también están bajo llamas
Cientos de personas más fueron evacuadas de sus hogares en el suroeste de Francia cuando los incendios forestales se descontrolaron en las últimas horas.
El incendio avanza sin control y alcanzó el Parque Nacional de Monfragüe, ubicado también en la comunidad de Extremadura. La reserva natural arde en llamas desde el medio día del jueves 14 de julio.
Ante este panorama, los residentes de áreas cercanas recibieron la orden de evacuación, mientras los bomberos respaldados con tres helicópteros intentan extinguir el incendio.
“El problema es que, como hemos dicho muchas veces, no hay lugar dónde pararlo. Ni siquiera el río es una garantía, pues puede saltarlo con facilidad. Qué día más duro nos espera”, describió a la prensa local Francisco Castañares, presidente de la asociación de amigos del parque y experto forestal.
Los récords climáticos se han igualado o superado en muchas partes de España, con el termómetro marcando, por primera vez, los 44,1 °C en la ciudad noroccidental de Ourense, en Galicia, una comunidad generalmente con temperaturas más bajas en comparación con el resto del país.
En zonas de Extremadura alcanzaron los 45°C el jueves.
Cayetano Torres, portavoz de la oficina meteorológica española, Aemet, afirmó que si bien se esperaba que la ola de calor, la segunda del verano en España, termine el lunes 18 de julio, puede que no sea la última del año.
Regiones de Francia, Grecia y Croacia también están bajo llamas
Cientos de personas más fueron evacuadas de sus hogares en el suroeste de Francia cuando los incendios forestales se descontrolaron en las últimas horas.
El otro incendio, que ya ha quemado 3.100 hectáreas de bosque, se produjo a lo largo de la costa atlántica, cerca de la “Dune du Pilat”, la duna de arena más alta de Europa, en la zona de la bahía de Arcachon, sobre la que se observaron densas nubes de humo oscuro que se elevaban.
Unos 6.000 habitantes fueron evacuados de los campamentos de los alrededores el pasado miércoles 13 de julio y otras 4.000 fueron retiradas el jueves por la mañana.
Entretanto, en la costa adriática de Croacia, los aviones de extinción de incendios descendieron para arrojar agua sobre los bosques en llamas y decenas de tropas fueron desplegadas para ayudar a los bomberos que luchan para contener tres grandes quemas forestales alrededor de Zadar y Sibenek.
Arndt Dreste, un hombre de 55 años, que se mudó este año al pueblo de Raslina, cerca de Sibenik, después de vender su propiedad en Alemania, vio cómo su patrimonio quedó arrasado.
“Compré esta casa en enero (…) estoy aislado de Alemania y esta es mi vida aquí”, dijo mostrando las paredes carbonizadas de su vivienda.
Miles de personas también se vieron obligadas a abandonar sus hogares en la península de Datca, en el suroeste de Turquía, por un incendio que comenzó el miércoles y que se ha visto fortalecido por los vientos, mientras amenaza áreas residenciales.
En Grecia, los bomberos luchan por extinguir incendios en la región capitalina de Ática y en la isla de Creta. Las autoridades locales han ordenado la evacuación preventiva de varias poblaciones.
Los científicos apuntan al cambio climático causado por el hombre como la causa de la mayor frecuencia de fenómenos meteorológicos extremos, entre ellos las olas de calor, que también han afectado partes de China y Estados Unidos en los últimos días.
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