Una reforma tributaria encendió la protesta en Colombia que lleva más de dos semanas y un saldo de 42 personas fallecidas, según la Defensoría del Pueblo. Miles han resultado heridos. Cientos han pasado días desaparecidos. El país y la comunidad internacional ha visto, en vivo y en directo, cientos de abusos policiales y unos cuantos tiroteos entre colombianos.
Algunos de ellos murieron a causa de disparos con armas de fuego por parte de policías, varias oenegés nacionales y organismos internacionales han advertido sobre hechos relacionados con violaciones a los derechos humanos por parte de la fuerza pública. Del otro lado, también han aumentado los actos violentos de algunos civiles.
Esta iniciativa de ley, que desató la protesta, buscó un recaudo de alrededor de $6 302 millones y, para lograrlo, pretendía aumentar los impuestos para la clase media y baja. Esto incluía un incremento del 19% a los servicios públicos y a productos básicos de la canasta familiar, justo en momentos en que los cierres para mitigar la pandemia han aumentado el desempleo en más de un 3%, en ese país.
Las desigualdades que los colombianos han soportado por décadas le han estallado al Gobierno de Iván Duque. Bajo su administración, aumentaron varias de las inconformidades y los manifestantes aseguran que no solo marchan para rechazar el plan de reforma fiscal, que propuso el Ejecutivo y que ya retiró ante la presión social. Sino que además, exigen educación para todos, empleo, entre otros.
Definitivamente, no era el momento oportuno de implementar los impuestos por el hecho de que tanto los ciudadanos de Colombia, del Ecuador y otras naciones están atravesando una grave crisis económica, producto de la pandemia del coronavirus.
Esa fue la chispa que inició las protestas y como consecuencia se han presentado una serie de desmanes y abusos por parte de la Fuerza pública.
Pero hay una serie de concausas más que han generado las protestas, hace poco el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro y su ministro Diosdado Cabello anunciaron que en Colombia habría manifestaciones. Por esa parte, habría algún interés por parte gobierno venezolano de desestabilizar la democracia colombiana, y tal vez se deba a que hay una gran cantidad de ciudadanos venezolanos dentro de Colombia y su situación fue legalizada a través del gobierno de Duque.
Otro factor son las ex FARC que si bien firmaron un acuerdo con el expresidente Juan Manuel Santos, que no había sido aprobado por el pueblo colombiano, al asumir la presidencia Iván Duque, se opuso al acuerdo al encontrar diversas irregularidades, por ello se entendería que las ex FARC estén interesadas en generar conflictos. Y esto, lamentablemente, está atentando contra el tejido social del Estado colombiano.
En un estado es difícil mantener el tejido social y estas manifestaciones atentan contra ese tejido social, porque provocan una confrontación entre colombianos y, al momento, la protesta degeneró, porque se busca causar daño con saqueos, por un lado y; por otro, los ciudadanos son atacados en las calles. Ya no hay un control de la protesta y a pesar de que el presidente ha llamado a la calma no logran un conceso. En Medellín han tenido que tomar medidas radicales porque la situación ha desencadenado en un caos. Una cosa es protestar pero el querer dañar y destruir es vandalismo.
Es importante que Colombia retome el diálogo porque es un país muy cercano al nuestro. Tenemos los mismos colores de la bandera, la misma historia y el mismo idioma.
Sin embargo, esta serie de intereses contrapuestos como lo son Maduro, la izquierda y los ex FARC quieren generar el caos en Colombia. Siempre hay grupos que aprovechan este tipo de protestas para distorsionar su sentido, lo mismo pasó en Chile y en el Ecuador. A ello se suma que Colombia está muy cerca a las elecciones presidenciales lo cual agrava estos problemas. La izquierda en Colombia, se ha aprovechado de la situación y quiere atacar al gobierno de Duque, pero está causando un daño económico y social y lo que es peor, generan un mal ejemplo para el resto de la región.
Los exFARC también quieren pescar a río revuelto, quienes van a ser candidatos el próximo año a la presidencia de la República, buscan aprovechar la situación, para atacar al gobierno olvidándose de que esto va más allá del ataque a Duque.
Hay la esperanza de que el sentido común vuelva a todos los colombianos y se llegue a un acuerdo nacional de paz, porque Columbia quiere paz. El presidente Duque retiró el proyecto, ese ya no es el pretexto, pero lo que ahora quieren generar es caos.
La imagen del presidente Duque está deteriorada por el hecho de haber presentado el proyecto, que desató la ira de su pueblo, pero está tratando de que haya estabilidad en Colombia, aunque la situación es muy complicada porque están los carteles de la droga, los exguerrilleros y la izquierda que quiere ganar la presidencia con Gustavo Petro.
Y esto nos afecta a todos, porque el ejemplo es malo y lo malo se replica. El Ecuador y Colombia vivimos situaciones más o menos similares. Estamos enfrentando una pandemia y tenemos una crisis económica muy fuerte, los gobiernos deben actuar con mucho cuidado, conectarse con su pueblo y tomar medidas adecuadas, si no lo hacen no sería raro que estas protestas se repliquen en otros países.
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