El transporte urbano en Quito se mantuvo paralizado por segundo día consecutivo, pero debido al teletrabajo en la parte centro norte de Quito no se sintió la ausencia de los buses del transporte urbano. Al sur atendían unidades del transporte escolar.
Según Ecuavisa, muchos conductores salieron a trabajar, arriesgando su integridad, ante las amenazas de quienes mantienen suspendidas sus labores en reclamo a la congelación del precio de los combustibles y en reclamo al alza de pasajes, ya concedidos en Quito y en el transporte inteparroquial.
Los dirigentes tenían previsto dialogar con las autoridades municipales para revisar el tema tarifario. Su protesta es, aseguran, contra el concurso de frecuencias convocado por el Municipio, contra el precio de los combustibles y por la exigencia de un aumento de la tarifa de transporte.
El presidente de la Cámara de Transporte, José Santamaría, afirmó que “frente a las necesidades económicas de los compañeros propietarios y socios, por voluntad propia han manifestado que por falta de recursos… dejarán de prestar servicio. Esto no es un paro, es una suspensión de actividades por la falta de recursos económicos”.
La Cámara de Transporte Público Masivo de Pasajeros aseguró que el precio del pasaje no cubre los gastos mínimos para la operación de sus unidades.
El presidente de la Federación Nacional del Transporte Pesado, Luis Felipe Vizcaíno, plantea al Gobierno que congele en $1,37 del precio del diésel para no tener que aumentar el costo de los fletes a los sectores productivos que finalmente termina incidiendo en el consumidor.
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