¿De qué se trata la ejemplaridad pública y por qué es tan importante? La respuesta a esta y tras interrogantes fueron dilucidadas este 5 de noviembre, por el filósofo español Javier Gomá, en la conferencia virtual organizada por la Universidad Casa Grande y el Municipio de Guayaquil, para conmemorar el bicentenario de la ciudad porteña.
La presentación estuvo a cargo de Marcia Gilbert de Babra, presidenta del Consejo de Regentes de Casa Grande, quien destacó la obra filosófica de Gomá como la Tetralogía de la Ejemplaridad Pública (2009), desarrollada durante una década. Además se contó con la participación del expresidente de la República, Gustavo Noboa Bejarano, del Dr. Francisco Huerta Montalvo, Vicepresidente del Consejo de Regentes de la UCG, de la Mgtr. Aurelia High de Chiriboga, Rectora de la UCG y de Eduardo Albert, PhD. en Filosofía y docente de la UCG.
En aproximadamente 90 minutos, Javier Gomá, integrante del Cuerpo de Letrados del Consejo del Estado, Presidente de la Fundación March y acreedor de varios premios literarios, hizo un llamado de atención para volver a reparar en conceptos y vivencias universales, tales como presupuestos del gusto y de la ética, principios de valor y de virtud, para rescatar la sociedad.
Para Gomá, en sus múltiples referencias sobre su obra Ejemplaridad Pública, menciona la actual cisura entre el discurso público y la percepción generalizada de la ciudadanía, que provoca un estado de malestar, el cual requiere un diagnóstico que haga posible una recuperación de la decencia. “En la actualidad el político miente a menudo, pero, además sabe que el ciudadano lo sabe y, finalmente, se encoge de hombros como si no pudiera hacer otra cosa. Como si el discurso verdadero fuera imposible y fuente de males para su destino. Así nos hemos instalado en una franja entre la ambigüedad irritante y la mentira sin atenuantes”. El resultado es la desaparición de la ejemplaridad. Incluso el robo manifiesto es aceptado por ser practicado por los propios. Un estado de cosas tan inaceptable que es urgente el cambio.
Con ello coincidió el expresidente del Ecuador, Gustavo Noboa B., al indicar que en el país, ser honesto y honrado equivale a ser tonto; ser un pillo, a inteligente y el dinero malhabido es lícito. Por eso hizo un llamado a expresar y poner en práctica las buenas ideas, para que la ejemplaridad tenga efectos positivos desde los más jóvenes.
Para Gomá está bien ser un ciudadano crítico, en el sentido de discernir lo bueno de lo malo; sin embargo, lo malo está en ser ciudadanos criticones, que no aportan a la sociedad. En conclusión, Gomá añora una sociedad de hombres y mujeres libres y “normales”, buenos y honrados, inteligentes en su saber vivir cotidiano; de seres “adultos” y comprometidos en su eticidad, conscientes de su finitud y no por ello, menos activos ni menos morales.
¿Ya conoces nuestro canal de YouTube? ¡Suscríbete!
La IA marca una nueva era en los procesos editoriales
Unos suben en ascensor panorámico veloz y otros en escaleras espinosas lentas
Mente positiva
ENTREVISTA: Energía sostenible: el futuro empieza en casa
UTPL impulsa energía limpia para reducir consumo y contribuir al ambiente