Luis Arce alcanzó el 55 por ciento de los votos frente al 28,8 por ciento de Carlos Mesa en las elecciones presidenciales de Bolivia, según el conteo oficial con el 99,99% de las actas escrutadas.
Arce era considerado, desde el lunes 19 de octubre, el presidente electo del país, luego de que Carlos Mesa, su principal opositor, reconociera su derrota y los sondeos a boca de urna adjudicaran una aplastante victoria del candidato del Movimiento al Socialismo. Eso, sin embargo, no significa el retorno a la región del llamado socialismo del siglo XXI impulsado por el fallecido presidente de Venezuela Hugo Chávez.
Bolivia es un país especial en América del Sur porque tiene una fuerza indígena que está en alrededor del 40 por ciento, pero con marcadas diferencias con otros países donde se implementó ese proyecto fallido.
Si bien Evo Morales, ahora refugiado en Argentina, estuvo durante más de 12 años en el poder, siempre se hablaba en los pasillos de los organismos internacionales qué diferenciaba a Bolivia de los otros países comprometidos con el chavismo, porque tenía un comportamiento en la materia económica distinto.
En Bolivia siempre hubo un manejo económico distanciado del chavismo con Luis Arce, quien ha ganado ahora la contienda electoral boliviana. Es una persona de origen indígena, un economista con un doctorado en una universidad británica. El manejo político lo hacía Evo Morales que siempre hablaba contra el Imperio americano. El imperialismo lo tenía siempre en la punta de la lengua, pero Bolivia en lo económico se manejó bien. Y siempre tuvo el beneplácito de la comunidad Europea.
Luis Arce fue el eje del manejo de la política económica durante el mandato de Evo Morales. Y en este momento queda claro porque tiene todo el respaldo y los votos para hacerse con la presidencia de Bolivia y hasta con los votantes de Morales.
Es un hombre que puede unir a Bolivia, porque en ese país la derecha y la izquierda está bastante fraccionada y el Movimiento al Socialismo es bastante fuerte, sin ser tan cercano al llamado socialismo del siglo 21.
Su triunfo definitivamente no marca el regreso del llamado socialismo del siglo 21 América Latina y creo presumir que ni siquiera el regreso de Evo Morales a Bolivia. Si pasamos revista la situación de los líderes de ese proyecto tenemos en Ecuador a un Rafael Correa una condena de ocho años de prisión; Venezuela no puede pasar por la peor situación económica a pesar de tener las mayores reservas petroleras del mundo. Por otro lado, está Nicolás Maduro intervenido en sus cuentas, las de su familia y de su grupo más cercano por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos y sin ningún apoyo de la comunidad internacional.
En Argentina, si bien está Cristina Fernández de Kirchner en la vicepresidencia, los juicios legales en su contra siguen. Y el presidente de Alberto Fernández no se puede decir que sea parte de ese proyecto. En Nicaragua prácticamente hay una dictadura. Entonces el triunfo de Luis Arce no puede ser entendido como un regreso de esos caudillos.
Lo ocurrido en Bolivia no puede entenderse como una reconfiguración política en América Latina. La pregunta es si a Luis Arce le convendría que el expresidente de ese país regresé a Bolivia.
Con los resultados electorales, Arce se ha dado cuenta que no necesita de Evo Morales para gobernar.
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