La mañana del 21 de agosto, varios sectores en especial de la sierra alta del país amanecieron cubiertos de nieve. El Parque Nacional del Cajas, en Azuay, la carretera entre Quito y Papallacta, a la altura de la Virgen, Ambato y la reserva Antisana, fueron algunos de los lugares en los que hubo un inóspito paisaje debido a este fenómeno climático. Ocurrió cuando las instituciones metereológicas advertían de una ola de frío antártico que se extiende por América del Sur.
El observatorio meteorológico Metsul, con sede en Brasil, anunció que una burbuja de aire antártico avanzará por Argentina y llegará al sur, medio oeste y sureste de Brasil a través de su trayectoria continental, así como a Paraguay, Bolivia, Uruguay, Perú e incluso a Ecuador, Colombia y Venezuela.
A veces pensamos que cuando hace frío en la costa o en ciertas partes de país, se debe a las corrientes de aire y marinas provenientes del Pacífico, debido a la intensidad de la corriente de Humbolt que se presenta a inicios de mayo y termina en enero, por la corriente polar y otros factores climáticos que, en conjunto, presentan temperaturas bajas e incluso ligeras lloviznas en la Costa y Sierra, en ocasiones con el aumento de nevadas. Pero, no se habla mucho de la zona Oriental donde el clima es cambiante, o inclusive cuando llueve con cierta intensidad en los meses de junio y julio, en Guayaquil, es consecuencia de un efecto climático, proveniente de la región oriental que atraviesa la provincia del Azuay, que pese a la deforestación en ciertas zonas, no se impide su avance, lo cual genera lluvias en un periodo de tiempo que no corresponde.
Ya estamos sintiendo el efecto y las consecuencias del clima, de las acciones antrópicas. Si revisamos el Pacífico y las condiciones actuales son normales, debemos poner atención en el otro océano y la zona polar antártica, de los cuales las condiciones son quizás para nosotros desconocidas, pero que ahora nos llama la atención por las bajas temperaturas en la zona Oriental, en la Sierra con afectaciones en todo el continente.
El comportamiento de los dos océanos ocurre por las celdas y dirección de la circulación de Walter en la línea ecuatorial junto con las tendencias de temperatura del mar, altas y bajas. En estas zonas se presentan ascensos de aire húmedo y cálido, caracterizando a la zona con altas precipitaciones, es decir, con fuertes lluvias lo cual se podría considerar normal, pero las bajas temperaturas del Pacífico y Atlántico por causa de la ola polar Antártica está afectando la región iniciando por Argentina, Chile, llegando a Brasil y a otros países de la región, inclusive Venezuela.
Los aspectos negativos de los procesos climáticos son varios, pero los principales sectores afectados son la agricultura, la viabilidad, el corte de las comunicaciones y en la parte humana es el aumento de problemas y enfermedades respiratorias que es más preocupante con la actual pandemia de Covid-19.
La agricultura en todos sus aspectos acarrea los principales daños, cuando se producen alteraciones en el clima y se agravan con la oleada de frío polar. Los cultivos que se desarrollan en la región interandina por bajas de temperatura no se desarrollan, sean estos frutales y hortícolas. En eventos así, las consecuencias son la elevación de los precios, por ejemplo en la transportación, lo cual encarece más los productos agrícolas y también los pecuarios por causa de los cambios climáticos. Cuando la naturaleza, un ente vivo, hace estos cambios en su aspecto físico e inclusive químico, pueden ayudar y afectar de alguna forma al ser humano. Las acciones antrópicas sin control son las que nos han perjudicado y estamos sufriendo pandemias, cambios climáticos, desastres naturales y con estos resultados todavía pensamos en extraer más recursos y no devolver nada. Si nosotros no acordamos un equilibrio con la naturaleza, ella lo hará.
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