Si en América Latina, los movimientos de izquierda de todo calibre usan el miedo a la derecha como un arma de propaganda para intentar hacerse con el poder, en Estados Unidos Donald Trump volvió sobre los pasos de la primera campaña al intentar utilizar el miedo al caos y la izquierda radical al aceptar profundamente su nominación a candidato por el Partido República en las próxima elecciones.
Donald Trump se presentó, en los jardines de la Casa Blanca, como el único garante de la paz y la prosperidad de Estados Unidos ante la amenaza de un Partido Demócrata que describe como aliado entregado al socialismo radical. El mismo discurso enarbolado por los caudillos de América Latina que se creen los únicos predestinados a salvar la Patria, porque sin ellos el caos.
“Nosotros estamos aquí, ellos no. (…) Joe Biden es débil -dijo-. Sigue las órdenes de progresistas hipócritas que hunden sus ciudades”. Su discurso también estuvo centrado en las ciudades de los gobiernos llamados progresistas como Minneapolis, Chicago, Portland, Nueva York y Wisconsin (Kenosha), centros de nuevas olas de protestas contra la brutalidad policial.
Trump, en un ejercicio de maniqueísmo, dividió el discurso entre quienes piden quitar fondos a la Policía, saco en donde incluyó a todos los demócratas, y quienes advierten contra la anarquía y el caos. “Si dan el poder a Biden, la izquierda radical cortará los fondos de los departamentos de orden de todo el país -dijo-. (…) Si el Partido Demócrata quiere ponerse del lado de anarquistas, agitadores, saqueadores y gente que quema banderas, es cosa suya, yo no seré parte de ello como presidente”.
Joe Biden, que hasta hace semanas se apuntaba como el seguro ganador, ahora está en veremos por el cerco montado en torno a Trump por el Comité Nacional Republicano, uno de firme apoyo a la agenda de América Primero que en la práctica no ha migrado a las industrias de las grandes multinacionales dispersas por el mundo a territorio estadounidense.
¿Qué tanto pesará su errático manejo de la pandemia entre los votantes? Tal vez poco, porque los estadounidenses no están tan preocupados por la recuperación del comercio global, los acuerdos del clima o los tratados de defensa, sí por la recuperación de la economía interna, el recorte de impuestos, la desregulación…
Todo lo contrario al discurso de cierta izquierda en América Latina, que ve en el aumento de impuestos, el no pago de la deuda externa, las barreras arancelarias la solución a la crisis pospandemia. Es un discurso que se halla con el de Trump en el nacionalismo, ese de América Primero.
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