Desde este 5 de agosto se reabren las playas en Ecuador. En principio en la lista están 40 playas, con la finalidad de recuperar el turismo y la economía de las zonas sometidas a un estricto confinamiento y coincide con el feriado del 10 de agosto. El horario de reapertura sería de 10:00 a 17:00, con la posibilidad de que la fuerza pública pueda evacuar si las personas incumplen con las medidas de distanciamiento y bioseguridad impuestas como obligatorias por el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) nacional para mitigar la propagación del coronavirus.
El plan piloto de reapertura de playas contará con varios mecanismos tecnológicos y humanos para registrar y evitar aglomeraciones como la vigilancia con drones o miembros de la fuerza pública recorriendo los balnearios con megáfonos en mano, con centros de mando unificados; además de la plataforma Distancia2 y el Sistema de Alerta Temprana, equipado con 178 cámaras.
La decisión final de reabrir las playas, sin embargo, será decisión de los COE cantonales. Por lo pronto, el director de Gestión de Riesgos del Municipio de Guayaquil e integrante del COE local ha dicho que los balnearios bajo la jurisdicción de esa ciudad seguirán cerrados hasta más allá del feriado del próximo 10 de agosto. Esto es Varadero, Puerto Hondo, Playita del Guasmo y otros espacios de alta concurrencia de personas, como parques o piscinas artificiales.
El Ministerio de Turismo recordó la necesidad de la corresponsabilidad ciudadana para que el proyecto piloto de reapertura de playas funcione, medidas como el distanciamiento de dos metros entre personas, parcelas de arena, parasoles con distancia de tres metros, prohibición de instalación de carpas para grupos de más de seis personas.
El uso de mascarillas mientras se camina en la playa será obligatorio. Los hoteles y hostales podrán ocupar sus habitaciones al 100%, pero sus restaurantes solo podrán tener un aforo del 30% o 50%, de acuerdo al color del semáforo de cada cantón.
La reactivación de la economía depende mucho de la corresponsabilidad, sino el país y el mundo se encaminan a vivir en confinamiento, el abono fértil para el reacomodo de las fuerzas de algunos aprendices de dictadores que solo ven en la prohibición, en el reparto de kits alimenticios por parte del Estado, en la imposición de nuevos impuestos…, la receta para bajar los índices de contagio.
Es su forma de demostrar que tienen poder, un poder sin capacidad de administrar una crisis. Ya ocurrió con el terremoto de 2016, pese a todo el circo montado con amenazas de enviar a la cárcel a quien reclamaba agua. Algo que se pretende replicar a nivel local en algunos cantones, mientras la economía va de tumbo en tumbo. Porque para ellos, bien acomodados en sus puestos y sus casas, la economía es perversa y lo prioritario es la salud, la salud del hambre y el desempleo.
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