“Vamos a presionar mucho a los gobernadores y a todos los demás para que abran las escuelas”, dijo el presidente Donald Trump, a inicios de esta semana. Está ansioso por reabrir los Estados Unidos para impulsar la economía y salir de la pandemia, a pesar de su resurgimiento.
Y como medida de presión anunció que suspenderá las visas para los estudiantes extranjeros cuyas clases sean trasladadas a un formato virtual por la pandemia del Covid-19. “Vamos a presionar mucho a los gobernadores y a todos los demás para que abran las escuelas”, dijo Trump.
De acuerdo a un comunicado de la Oficina de Inmigración y de Aduanas de los Estados Unidos, los estudiantes con visas F-1 y M-1 (la visa “F” es para estudios académicos, y la visa “M” es para estudios no-académicos o vocacionales), cuyas escuelas operen solamente de forma en línea “deben abandonar el país o tomar otras medidas, como ser transferidos a una escuela con instrucción presencial”.
Si no lo hacen, los estudiantes se arriesgan a ser sometidos a un proceso de expulsión. Según las nuevas normativas, cuando los estudiantes estén en un centro con un modelo mixto, tendrán que acreditar que están inscritos en la máxima cantidad de cursos presenciales para conservar su visa.
En política exterior los presidentes norteamericanos se han manejado con políticas de Estado, es decir principios fundamentales que no han variado sin importar que el presidente sea demócrata o republicano y esto es importante mencionarlo, porque si bien ha habido cambios en la forma, en el fondo la política internacional norteamericana ha sido una política de estado digna de admirar, pero el presidente Donald Trump ha cambiado ciertos aspectos con relación a ella.
La medida dispuesta por el presidente estadounidense es peligrosa porque hay una serie de alumnos del exterior en universidades americanas y en especial en las más famosas como Harvard, Yele, Princeton, Stanford, entre otras; y una gran cantidad provienen de la India, de China, de Japón, además de un alto número de estudiantes latinoamericanos, a quienes se les está quitando la oportunidad de que vayan a los Estados Unidos e ingresen a esas universidades. Dentro de ese gran grupo de afectados con la medida, se incluye a los estudiantes ecuatorianos. No es lo mismo el estudio Online que el estudio presencial, a pesar de toda la modernidad, la experiencia no es la misma; y eso está comprobado por profesores y alumnos.
Creo que la presión de esos estudiantes que quieren ir o ya se encuentran en los Estados Unidos y de las mismas universidades, que necesitan de esa ayuda económica, para poder mantenerse puede influir para que Trump revea la medida.
La presión para que de un paso atrás es casi una realidad, de lo contrario sí sería un error y afectaría a los Estados Unidos y a la educación de ese país, porque la haría menos competente. En China donde nació la pandemia, las universidades ya están abiertas y a los estudiantes extranjeros, ya se les ha otorgado la visa para que viajen a ese país. Si no hay vuelta atrás en los Estados Unidos, más que un delito sería un grave error.
El presidente Trump está presionando a los gobernadores para que vuelvan a abrir las escuelas este otoño, como parte de su esfuerzo de reapertura del país a pesar del aumento en los casos de coronavirus. Sin embargo, Trump alega que algunos lugares querrán permanecer cerrados “por razones políticas”. El Gobierno realizó varios eventos en la Casa Blanca para promover un plan que tiene como objetivo instar con fuerza a un regreso de las escuelas.
Aspiro y espero que no sólo los gobernadores, sino también el Departamento de Estado, que es la Cancillería para el Ecuador, aconsejen al presidente Trump para cambiar la medida.
Las grandes políticas no tienen ideología en los Estados Unidos y uno de sus beneficios es que era respetada por un presidente demócrata como John F. Kennedy o por un presidente republicano como Richard Nixon, evidentemente hacían cambios de forma, pero en el fondo era lo mismo.
En los Estados Unidos todo está abierto y eso lo dice un señor que no usa mascarilla y que además convoca en mitines a los que acude todo el mundo, sin cumplir las medidas de distanciamiento. No sé cuál es el sustento, pero es un grave error, espero que la prudencia lleve al señor Trump a cambiar de decisión.
Es necesario resaltar que la política internacional debe ser una política de Estado y que los intereses de los Estados Unidos deben estar sobre cualquier interés político o particular. Este es un año electoral, pero que eso no afecte a las grandes decisiones de un país tan fuerte y con gran influencia en la región y el mundo.
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