Harvey Weinstein fue condenado a 23 años en la cárcel por el tribunal penal del Estado de Nueva York. Fue hallado culpable un delito sexual en primer grado (sexo oral forzado) a la ayudante de producción Mimi Haleyi y violación en tercer grado (sin consentimiento expreso) a la actriz Jessica Mann. El productor de cine de 67 años, que llegó en silla de ruedas a escuchar el veredicto, se enfrentaba a hasta 29 años tras las rejas.
Las seis mujeres que testificaron en el juicio se sentaron juntas en la primera fila de la sala del tribunal. “En primer lugar, a todas las mujeres que testificaron, tenemos verdades diferentes…, pero siento un gran remordimiento por ustedes y por todos los hombres y mujeres que están atravesando esta crisis”, sostuvo Weinstein.
El veredicto del jurado, emitido a final de febrero, exculpó al magnate de los tres cargos más graves de los que se le acusaba, por lo que se evitó la cadena perpetua para el hombre que se ha convertido en el símbolo del abuso de poder para obtener sexo. Los abogados de Weinstein le habían pedido al juez James Burke, el magistrado que presidió el juicio durante casi dos meses, la pena mínima permitida por la ley, cinco años de prisión.
La defensa alegaba que al productor le quedan cerca de 12 años de vida, por lo que una condena mayor “es probable que constituya una cadena perpetua de facto”, apelaban.
“El movimiento [Me Too] básicamente comenzó conmigo… ahora hay miles de hombres que están siendo acusados -dijo Weinstein-. Estoy muy confundido y creo que los hombres están confundidos. Estoy preocupado”. Haleyi, de 42 años, a quien Weinstein forzó para que le practicara sexo oral en 2006, dijo en el tribunal que Weinstein no solo le había arrebatado su dignidad, sino también la confianza y la fe en las personas. Mann, de 34 años, víctima de violación en 2013, afirmó: “Una violación no es solo un momento de penetración… Es para siempre”.
Tras conocer el veredicto del jurado el pasado 24 de febrero, Weinstein fue trasladado en ambulancia al hospital Bellevue de Nueva York por un dolor en el pecho. Una semana después se sometió a una cirugía cardíaca. Finalmente ingresó en la enfermería de la cárcel de la isla de Rikers para esperar su sentencia.
El jurado del primer y único proceso penal desde el origen del movimiento Me Too exculpó a Weinstein de los cargos de violación en primer grado (con arma o violencia extrema) y los dos de agresión sexual “depredadora”. Estos últimos eran los más graves y por los que se arriesgaba a una condena de cadena perpetua.
Las investigaciones periodísticas de The New York Times y The New Yorker, publicadas en octubre de 2017, no solo destaparon los abusos sexuales cometidos por Weinstein, también desvelaron una conducta criminal común en la industria del cine. El número de mujeres que alzaron la voz contra el gigante de Hollywood se fue multiplicando, hasta llegar a las 90 presuntas víctimas.
La de Nueva York no era la única batalla legal a la que se enfrentaba Weinstein. A principios de enero la Fiscalía del distrito de Los Ángeles presentó cuatro cargos formales por dos supuestas agresiones sexuales cometidas en febrero de 2013. Los dos casos de abusos sucedieron en días consecutivos y en habitaciones de hotel en el área de Los Ángeles. Según la fiscal del distrito, Jackey Lacey, las dos presuntas víctimas se lo contaron en su momento a otras personas. Según NPR, a las horas de conocerse la sentencia, la fiscal Jackie Lacey dijo que su oficina ya había comenzado el proceso para trasladar a Weinstein a Los Ángeles para que enfrente el nuevo juicio.
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