Una niña de diez años fue hallada colgada de un árbol de mango el 20 de diciembre en el cantón Buena Fe, en la provincia de Los Ríos. Las primeras versiones daban cuenta de que la niña tomó esa decisión porque su papá le había negado cinco dólares que debía pagar para un agasajo navideño organizado en su escuela.
Intentar hallar una explicación en el caso del suicidio, entre comillas, de una niña es algo que siempre existirá. El bullying es uno de los más comunes. El Instituto Nacional de Estadística y Censos dice que el sesenta por ciento de las mujeres en el país ha sufrido algún tipo de violencia, el veintitrés por ciento de niñas, niños y adolescentes ha vivido casos de bullying y el siete por ciento de ciberacoso.
La muerte de la niña de Buena Fe, sin embargo, no habría sido un simple caso de suicidio por ahorcamiento por una depresión provocada por no poder llevar cinco dólares a su escuela para un agasajo navideño. No pudo. ¿Pero qué hay detrás de esa historia?, ¿un simple temor al bullying?
La necropsia realizada habría determinado que la niña habría sido asesinada y estrangulada, luego de ser víctima de abuso sexual, según la información divulgada por el gobernador de esa provincia, Camilo Salinas. No fue suicidio. Su padre fue detenido para investigaciones. La necropsia, entre líneas, dice que fue violada, estrangulada y colgada con una soga en el cuello en un árbol de mango para argumentar su suicidio.
En Ecuador se registran diariamente un promedio de 42 denuncias por violación, abuso y acoso sexual a mujeres y menores. Unas 42 denuncias diarias existen por este tipo de delito, sin considerar el altísimo subregistro, según los datos de la Policía Judicial.
En 2019 hubo 600 detenidos por sospecha de haber cometido agresiones sexuales, un promedio de 4 y 5 detenidos diarios por violaciones registradas, la mayoría, en circunstancias flagrantes. Cada dos horas se registran denuncias por el delito de violación, abuso sexual y acoso sexual.
La mayoría de las víctimas conoce a sus agresores. Más del ochenta y tres por ciento de los casos está relacionado con el círculo más cercano de las víctimas, según esas estadísticas, entre ellos padres, padrastros, tíos y abuelos.
La niña que apareció colgada en un árbol de mango en Buena Fe, en el mes navideño de diciembre, ya no está, pero como sociedad ¿qué estamos haciendo para evitar la reproducción de este tipo de casos que nos cuestionan como humanidad, como seres humanos dotados de razón?
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