Una vez escrutado el 100% de los votos, el candidato blanco recogió 1.168.019 sufragios contra 1.139.353 del postulante oficialista; 28.666 votos de diferencia con 35.229 observados que se empezarán a contar el próximo martes. Luis Lacalle Pou anunció la victoria y señaló que la confirmación formal es cuestión de horas. Y apuntó a Daniel Martínez al disparar que el candidato del gobierno no lo llamó a pesar de que existe una conclusión electoral inexorable. Dijo que el presidente Tabaré Vázquez sí se comunicó con él, según El País de Uruguay.
“Tenemos la convicción material de que el 1° de marzo asume un nuevo gobierno”, proclamó ante la multitud que no paraba de corear “presidente, presidente”, y que había pasado de la euforia de las 20:30 cuando se vieron ganadores por buena distancia y que el paso de las horas revirtió en caras de intensa preocupación.
Minutos antes del discurso de Lacalle Pou sobre la medianoche, Martínez había comparecido ante la militancia frentista, eufórico, para gritar sin freno que ninguna opción llegará al 50% de los votos y que había quedado demostrado “que los acuerdos entre cuatro paredes no alcanzaban”.
Lacalle Pou, primer presidente blanco del siglo XXI, según El País, se lanzó al primer plano de la liza política para dirigir la tarea de recomposición del espacio opositor y romper con 15 años de gobierno del Frente Amplio, canalizando así el desencanto popular, expresado básicamente en dos elementos: el estancamiento económico y el temor por la inseguridad.
Las colectividades de la coalición multicolor habían cosechado, sumadas, 1.315.258 votos en la primera vuelta de octubre, 147.239 sufragios más que los que logró anoche la fórmula Lacalle-Argimón. El candidato oficialista había recibido la adhesión de 949.376 votos en octubre y levantó 190.000 más escrutadas las 7.122 mesas de votación.
Martínez -como Lacalle- llamó a evitar “cualquier enfrentamiento” en las calles y pidió “festejar en cada casa”. Lacalle exhortó también a regresar a los hogares “con cuidado, alegría y mesura”.
“Nos estamos viendo en una semana para confirmar esto”, gritó al final a la multitud, después de tejer una cadena de agradecimientos: a la militancia, a sus socios, a su esposa, a sus hijos, a su madre y a su padre, el expresidente Luis Alberto Lacalle, a quien le dedicó una sentencia: “Las nubes pasan, el azul queda”.
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