Con las palabras de César Montaño Galarza, rector de la Universidad Andina Simón Bolívar, el público comprendió esta diversidad: “este libro tiene entradas desde la literatura, desde la filosofía, desde la sociología. Una invitación para que encontremos nuevos puntos de reflexión”.
Un mesa bien nutrida acompañó al autor. “Les he pedido que sean muy críticos, porque de eso se trata la academia”, dijo Ávila. Cada invitado tenía el encargo de hablar de uno de los aspectos de esta obra.Un novelista, un cientista social, una jurista y una defensora de la naturaleza fueron los invitados para esta tarea
Leonardo Valencia resaltó la amplia lectura de Ramiro Ávila; su mención de un gran espectro de autores como Alejo Carpentier, José Saramago, Paul Auster, entre otros. “Recurre ampliamente a la literatura. La literatura, como lo dice él mismo, contribuye a una comprensión holística de la utopía. Permite entender lo que el lector no ha vivido”, señaló Valencia.
La lectura jurídica vino desde la voz de Daniela Salazar, vicepresidenta de la Corte Constitucional y docente de la USFQ. Para Salazar, “este libro es único por la profundidad de la reflexión; profundamente crítico al derecho hegemónico actual. Él siempre está inconforme con el derecho hegemónico”. Por ello, dice la jurista, este libro es una invitación a “perder el miedo a la utopía”.
El profesor Pablo Ospina, del Área de Estudios Sociales y Globales, fue el siguiente en intervenir. Relató cómo las lecturas de Erik Wright cautivaron a Ramiro Ávila, al punto que Ospina reconoce sus huellas a lo largo del libro.
Ospina enfocó su atención en autores del pensamiento latinoamericano e internacional que aterrizan en La utopía del oprimido: “en el libro de Ramiro pasean con generosa y ecuménica benevolencia tanto pensadores marxistas medianamente ortodoxos, como David Harvey o Bolívar Echeverría, con los iconos del pensamiento decolonial, como nuestra colega Catherine Walsh, Walter Mignolo. Y esos autores no esconden sus discrepancias ni ahorran sus críticas específicas. Ramiro los abraza a todos”.
La última invitada en hablar fue Esperanza Martínez, miembro de Acción Ecológica. “Gracias por darnos esa oportunidad de sentarnos a hablar de la utopía, en este momento en donde la brújula parece estar descompuesta”, fueron sus primeras palabras. Martínez aterriza las lecturas que se han dado del libro, a la interpretación de los derechos de la naturaleza desde lo escrito en las leyes, a lo vivencial en la cotidianidad del país.
“Ramiro ubica estos conceptos como parte de búsqueda de estos paradigmas. De alguna manera están recogidos en la academia, en la poesía, en la música. También nos plantea que aparte de estar escritos, están inscritos en el espacio comunal”.
El autor escribió una dedicatoria para ellos en el libro: “A los pueblos indígenas woarani, tagaeri y taromenani, que resisten cotidianamente y viven su utopía andina”.
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