Estados Unidos empezó la semana aplicando aranceles de importación del 10% ad valorem a unos 6.000 nuevos productos chinos con un valor equivalente a 200 mil millones de dólares en aranceles; es decir, que aproximadamente la mitad de todo lo que China le vende a Estados Unidos pasará a estar sujeto a tarifas arancelarias. Por su parte, China anunció tarifas que irán del 5% al 10% sobre productos estadounidenses que ascienden a un valor equivalente a 60 mil millones de dólares en aranceles.
Peligrosamente, el mundo se acerca a las guerras comerciales de los años 30, es decir, los países tratando de protegerse, elevando aranceles, poniendo trabas no arancelarias y únicamente preocupados por mantener balanzas comerciales positivas. Las medidas que ha tomado el presidente de EEUU, Donald Trump, se acercan mucho a las teorías neo mercantilistas en donde lo que se privilegia son balanzas comerciales y de pagos positivas, a pretexto del tema de la seguridad.
Lo más grave y lo que a Ecuador- y a los otros países de la región- debiera preocuparles, es el tema del deterioro del sistema multilateral de comercio, es decir, los países están tomando decisiones por fuera de la OMC que no guardan relación con los acuerdos firmados en el GATT 95 (Acuerdo General sobre Comercio y Aranceles, por sus siglas en inglés), coincidente con la creación de la Organización Mundial del Comercio-OMC-
Si bien, el sistema multilateral de comercio no ha sido perfecto, el sistema de solución de controversias, el respeto a los aranceles consolidados y a los aranceles de nación más favorecida había mantenido cierto equilibrio y cierta libertad de comercio a nivel mundial. La aparición de trabas al comercio mundial se ha hecho evidente a través de un par de últimos estudios realizados por la OMC, de cómo los países están estableciendo trabas arancelarias y no arancelarias, protegiéndose de alguna manera porque están viendo que el país líder en el tema comercio establece ese tipo de restricciones, entonces otros países igualmente elevarán restricciones al comercio de mercancías.
Lo curioso es que estas posiciones neo mercantilistas en el corto plazo tienen un impacto positivo en la economía doméstica: se generan más puestos de trabajo – de hecho EEUU tiene alrededor de 250 mil nuevas plazas de empleo-, la moneda se fortalece, existe un mayor consumo, etc. pero a mediano y largo plazo tiene efectos muy negativos en la industria, en este caso en la de EEUU. El consumidor, no solo local sino mundial, se dará cuenta de que la protección con aranceles altos promueve la ineficiencia de una industria que tarde o temprano le va a tocar competir a nivel internacional.
Esto ya les pasó a los tigres asiáticos que, en un inicio, adoptaron esta política de sustitución de importaciones y protección a la industria local pero se dieron cuenta que desarrollar la industria para el mercado doméstico, por más grande que este sea, en el mediano y largo plazo tiene efectos negativos porque las industrias pierden competitividad a nivel global y este va a ser el caso de muchas industrias estadounidenses que van a aburguesarse en sus mercados internos.
En un plazo no muy lejano, incluso la industria de la exportación en EEUU va a tener problemas porque no todas las industrias son autosuficientes. Lo que EEUU ha venido haciendo en los últimos años es añadir tecnología e innovación que, en las condiciones actuales, va a ser más costosa y por lo tanto menos competitiva en los mercados internacionales, mientras que China puede vender insumos, productos semielaborados y procesados más baratos porque tiene costos de producción más económicos y economías de escala; es decir, produce por miles y los costos fijos de producción se reducen por unidad producida.
En materia de comercio internacional no existen las monjas de la caridad. China no es una víctima, pero está manejando bien su imagen. Mucho del éxito de las exportaciones chinas se deben a una subvaluación del yuan y han sido acusados de prácticas desleales de comercio como el dumping.
En un mundo de negocios donde primen los acuerdos bilaterales, los países en desarrollo tendrán las de perder. El sistema multilateral de comercio ha permitido a esas naciones tener voz. Se escuchan varios criterios en Ecuador que hablan a favor de llegar a un tratado de libre comercio con EEUU. En las actuales circunstancias eso resulta imposible: no habría una posibilidad real de llegar a un acuerdo comercial y se dependería exclusivamente del sistema de preferencias arancelarias con la dosis de inestabilidad comercial que eso representa para el país, teniendo en cuenta que EEUU es el principal destino de mercado para nuestra oferta exportable.
Espere mañana: ¿Por qué Donald Trump busca una guerra comercial con China?
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