El proceso de desmantelamiento de la Secretaría Nacional de Inteligencia (Senain) ahorrará al país $50,8 millones al año. Ese es el presupuesto que esa institución manejó el año pasado, de ese monto el 84,3% se destinó a gastos especiales o reservados; es decir, en los términos de su normativa, “a actividades de inteligencia y contrainteligencia para la protección interna, el mantenimiento del orden público y la defensa nacional”.
Según la rendición de cuentas del 2017, la Senain gastó $42,8 millones en esos gastos especiales; mientras que para los gastos corrientes se utilizaron $7,9 millones.
Una de las tareas financiadas con gastos especiales fue la Comisión del 30S (2013-2014), presidida por Carlos Baca, actual fiscal general.
El anuncio del cierre de la Senain realizado por el presidente Lenín Moreno llega a casi un mes de la renuncia del entonces secretario de Inteligencia, Rommy Vallejo, y de la posesión del nuevo titular, Jorge Costa Palacios.
La Senain ha sido cuestionada por supuestamente llevar a cabo tareas y estrategias de espionaje, intimidación y persecución a políticos y periodistas.
Moreno dijo la noche del lunes 19 de marzo que ha ordenado que se implementen inmediatamente nuevas medidas administrativas de austeridad en cada una de las instituciones del Ejecutivo. “Como parte de este esfuerzo, pero además, recogiendo el clamor ético de la ciudadanía, he dispuesto iniciar el proceso de eliminación de la Secretaría Nacional de Inteligencia”.
El 22 de febrero de 2018 el coronel del Ejército en servicio pasivo Jorge Costa Palacios asumió el cargo de nuevo secretario de Inteligencia. Costa recibió la información sobre el funcionamiento de la Senain, que opera con más de 300 personas, militares y policías en servicio activo, a escala a escala nacional.
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