Al fiscal Carlos Baca Mancheno trataron de acorralarlo con las denuncias de alteración de videos y documentos en torno a una de las mayores telenovelas de la historia ecuatoriana del siglo XXI, una revuelta policial por una ley mal presentada, fue elevada en cuestión de horas a la categoría de intento de golpe de Estado primero y magnicidio después, de la que salió abundante material audiovisual sobre la que lucraron productores convertidos en independientes. agencias de publicidad que dieron vida a la Megan, hoy pasada al olvido…
De la noche a la mañana un Presidente que pronto debía pasar al olvido fue puesto en los altares de la democracia por un aparato de propaganda que funcionaba las 24 horas del día, los siete días a la semana. Pronto aparecieron videos de gente tomando whisky, supuestas reuniones en Miami, triangulaciones, historias de héroes al estilo del joven y valiente, entre comillas, soldado estadounidense de apellido Schuman, de Wag the dog, la célebre película protagonizada por Dustin Hoffman y Robert de Niro.
Al parecer la historia del 30S juntó a muchos personajes que se volvieron parte de la selva política ecuatoriana actual, un hecho sobre el que prácticamente era prohibido hablar, a no ser para cuestionar a los golpistas y arrodillarse ante el supuesto salvador de la democracia. Que alguien pudiera poner en duda eso solo podía ser considerado como un traidor a la Patria; en el Ecuador de ese entonces se podía poner en duda hasta la existencia de Dios o Lucifer, pero nunca el intento de magnicidio y golpe de Estado. Muchos anónimos policias fueron presos, algunos salieron bendecidos con el indulto, otros puestos en el limbo…
¿Qué hubo detrás de toda esa trama? Pues al parecer mucho, porque desde ahí se tejió una estructura de poder que supuestamente iba a garantizar la permanencia en el poder de un líder eterno a costa de la democracia y las libertades de todo un país, de toda una sociedad. Una forma también de tapar evidencias sobre muchos actos de corrupción, de espionajes, de delaciones que ahora se quieren pasar como si se trataran de peleas entre compadres.
Que el excontralor Carlos Pólit, con varios juicios por corrupción en la trama de sobornos de la constructora Odebrecht, tratase como Compadre Lindo al presidente de la Asamblea, José Serrano, y que esté a su vez le tratase de Pana o de Carlitos al excontralor, en una conversación en donde la camaradería abunda y los dos hablan a medias porque saben de qué hablan, dice mucho de lo que el país ha vivido en la década pasada.
El montaje de una estructura de control que comenzó a desmontarse con la consulta popular del 4 de febrero, cuando Ecuador voto con una rabia contenida siete veces Sí, comenzó ese 30S. Todo crítico del anterior gobierno o de su política exterior, económica o social solo podía ser tachado de conspirador no contra un gobierno sino contra la Patria; por muchísimo menos de lo que dijo e hizo el expresidente Correa durante la campaña de la consulta, la gente era llevada al patíbulo de las sabatinas montadas con abundantes recursos públicos.
Ecuador puede estar a las puertas de un baño de verdad o a las puertas de más impunidad. Todo depende de hasta donde las autoridades de control y la misma justicia, que pronto podría estar sin la espada de Damocles que el Consejo de la Judicatura, con Gustavo Jalkh a la cabeza, puso sobre jueces y fiscales, actúa con sobriedad. Con la dignidad que debe caracterizar a quien imparte justicia.
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