Finalmente Alianza País tuvo que recular y volver a incluir el tema del dinero electrónico en la Ley de Reactivación Económica que entró en vigencia esta semana. Un proyecto que estaba en manos exclusivas del Banco Central del Ecuador ahora pasará al sistema financiero privado, una buena noticia primero porque evita la especulación sobre una posible emisión inorgánica y, después, porque es una oportunidad para la banca privada de avanzar en una de sus grandes deudas con la sociedad, la bancarización de la población.
El primer paso de la banca deberá ser generar confianza entre la gente por los medios de pagos electrónicos, algo que no pudo conseguir un Banco Central que se convirtió en una especia de caja chica del anterior gobierno que se caracterizó no solo por engordar el Estado sino por depilfarrar a manos llenas lo que llegaba del milagro ecuatoriano de los altos precios del petróleo. No dejaron nada para los tiempos de las vacas flacas en los que se endeudó al país de forma agresiva, como si no hubiera mañana.
Fue otro proyecto fallido por el afán estatista con el síndrome de pac-man que caracterizó al gobierno de la última década, por poner ni siquiera al Estado sino a un gobierno de turno por encima de la sociedad, de una sociedad dinámica que no se mueve por promesas ni amenazas. Una sociedad que está consciente de que el maná que sabe a tortas delgadas hechas con miel no existe.
La última década se caracterizó por las promesas que cayeron en saco roto. Proyectos en los que se invirtieron muchos recursos para obtener nimios resultados, obras faraónicas con muchas fallas descubiertas tras la auditoría hecha por el actual gobierno. Sueños de un espejismo llamado Yachay.
De ahí que no solo la banca privada, sino la sociedad tiene un gran reto por delante con el proyecto del dinero electrónico.
¿Ya conoces nuestro canal de YouTube? ¡Suscríbete!
Aumento del salario: Cara o cruz
Con el décimo y otros bonos decembrinos, primero pague las deudas
Debates
Chancay: ventajas y desafíos
Oratorio de Noël, la obra coral se presenta en la Universidad Andina Simón Bolívar