El Tribunal de Cuentas de Brasil (TCU) embargó bienes a la expresidenta Dilma Rousseff y a otros antiguos miembros del Consejo de Administración de Petrobras para resarcir daños por $580 millones causados a la petrolera estatal por la compra de una refinería en Estados Unidos.
La decisión, para la que cabe recurso, fue tomada por el pleno del tribunal, formado por nueve magistrados, quienes dictaminaron este miércoles que el bloqueo será temporal y se extenderá por un año.
El caso se refiere a la compra por parte de Petrobras de una refinería en Pasadena (Estados Unidos), que se inició en 2006, época en la que Rousseff ocupaba el cargo de ministra de la Presidencia en el Gobierno del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva y además presidía el Consejo de Administración de la estatal.
De acuerdo al auto, la operación costó alrededor de $1.200 millones, un precio definido “en razón de criterios antieconómicos” por parte de los miembros del Consejo de Administración de entonces, señaló el tribunal.
Petrobras compró la mitad del capital de la refinería por $360 millones a la empresa belga Astra Oil, que un año antes había pagado $42,5 millones por la totalidad de la planta.
La petrolera tuvo que desembolsar otros $820 millones en 2012, con Rousseff ya como presidenta de Brasil, por la otra mitad del capital tal y como recogía una cláusula en el contrato de compra.
El embargo de bienes se hizo extensible al exministro Antonio Palocci, hoy preso por corrupción en otro caso relacionado con la trama corrupta destapada en el interior de Petrobras, y también al expresidente de la petrolera José Sérgio Gabrielli, condenado en agosto por este caso por el propio TCU.
La medida afecta igualmente a otros exmiembros del Consejo de Administración de la petrolera, que se encuentra en medio de un ambicioso proceso de reestructuración para superar la crisis económica en la que se vio inmersa y que estuvo agravada por los escándalos de corrupción.
Petrobras anunció la venta de la refinería de Pasadena en mayo pasado en el marco de un vasto programa de venta de activos para equilibrar su balanza financiera.
Rousseff, ahijada política del expresidente Lula, quien fue condenado en julio pasado por corrupción, llegó a la Presidencia de Brasil en 2011, revalidó su mandato en las elecciones de 2014, pero fue destituida el año pasado por el Congreso por supuestas maniobras irregulares en el manejo de los presupuestos.
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