Al menos 50 personas han muerto, incluido el presunto autor, y unas 400 personas han resultado heridas en un tiroteo registrado en la noche de este domingo en un concierto de música al aire libre del festival Route 91 Harvest, que se celebraba en las inmediaciones del hotel casino Mandalay Bay, en la ciudad de Las Vegas (Nevada).
El grupo yihadista Estado Islámico (EI) asumió la autoría del tiroteo. En un comunicado a través de la agencia de propaganda afín al EI, Amaq, y cuya autenticidad no pudo ser verificada, la agencia aseguró que el autor del atentado es “un soldado del Estado Islámico”.
Según el departamento de Policía de la ciudad, el autor de la masacre, que disparó desde el piso 32 del hotel casino, ha sido identificado como Stephen Paddock, un hombre blanco de 64 años vecino de Mesquite (Nevada), 130 kilómetros al sureste de Las Vegas. Se suicidó justo antes de que entraran los agentes en su habitación, según ha informado el sheriff del condado Clark, en el que se encuentra Las Vegas; anteriormente se había informado que había sido abatido por la Policía.
Las autoridades calculan que había en torno a 22 mil asistentes en el concierto.
En una rueda de prensa, el jefe de la Policía de Nevada, Joseph Lombardo, ha declarado que cree que se trata de un “lobo solitario”. El supuesto asesino guardaba diez pistolas y varias armas largas en la habitación desde la que efectuó los tiros, según ha indicado el oficial Kevin McMahill. Paddock, que carecía de antecedentes penales graves, llevaba alojado en esa habitación de hotel desde el 28 de septiembre.
Pasadas las 10 de la noche locales, el concierto del cantante de country Jason Aldean ha sido interrumpido cuando se escucharon ráfagas de disparos provenientes del hotel casino Mandalay Bay. Las redes sociales empezaron a llenarse de fotos y vídeos de asistentes del último concierto del festival, en los cuales se escuchaban gritos de “agáchense” y en los que algunos echaban a correr al tiempo que se oían claramente los disparos.
El Estado Islámico (ISIS, en inglés) se ha atribuido la autoría del ataque a través de un comunicado. “El atacante es uno de nuestros soldados, que se convirtió al islam hace unos meses”, afirman. Dos altos mandos policiales han informado a Reuters de que por el momento no hay ninguna evidencia de que existiera un vínculo entre Paddock y algún grupo extremista.
Una de los testigos de la masacre relató a la cadena de televisión Fox News que pensaba que eran fuegos artificiales pero que al no parar los tiros y ver a las personas correr, decidió esconderse detrás de una camioneta. En las televisiones locales, se ve a la gente cogiendo cualquier cosa que les pueda ayudar a trasladar a los heridos. Según la Policía, 406 personas han sido trasladados a los hospitales cercanos.
Uno de los fallecidos es un agente de la Policía de Las Vegas que estaba fuera de servicio, mientras que dos compañeros suyos que sí estaban trabajando resultaron heridos. Los agentes piden “paciencia” a los ciudadanos porque “el proceso de identificación de los heridos y muertos tomará tiempo”.
Toda la calle principal de Las Vegas, el llamado Strip, se encuentra cortado por la Policía en estos momentos. También está cortada la autopista 15, que recorre la ciudad. El aeropuerto de McCarran, que había suspendido los vuelos a medianoche, ha reanudado su actividad pero con ciertas limitaciones. Está situado al este del Mandalay Hotel. El tiroteo se registra siete meses después de otro que dejó un muerto y un herido en la misma calle.
Es la mayor matanza con arma de fuego en Estados Unidos, superando la de Orlando, donde 50 personas fallecieron y 53 resultaron heridos en un ataque a un club gay de la ciudad el 12 de junio de 2016. Se calcula que cada año en el país mueren unas 33.000 personas por disparos de armas de fuego, lo que equivale a unas 93 al día.
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