Hace pocos días las ciudades de Quito y Guayaquil recibieron por quinta ocasión un ‘Óscar del Turismo’ como ‘Destino Líder y de negocios de Sudamérica’. La ceremonia de premiación realizada en la Riviera Maya, México mostró una vez más al Ecuador como el país más ganador, rompiendo récords en obtención de estos reconocimientos.
Pero, ¿qué hay más allá de este galardón?
Existen realidades que en materia de turismo deben desnudarse. Una de ellas es preguntarse si son o no los premios equivalentes al flujo turístico que recibe la nación o si por el contrario, cada estatuilla que posiciona al país como un destino predilecto sirve como un indicador para medir lo que sucede o lo que es necesario cambiar en las políticas nacionales en materia de turismo.
Las 1,4 millones de visitas al año, en promedio, muestran que aún falta mucho para que el Ecuador se convierta en un país desarrollado en materia de turismo. Esta correlación estadística del número de visitas no coincide con los premios recibidos.
Entonces, llama a la reflexión que el país consecutivamente gane una cantidad de premios y que esos no se vean reflejados en el número de visitantes. Las cifras oficiales indican que en los últimos tres años el país ha dejado de ser unos de los destinos turísticos regionales que están en franco crecimiento. De los diez países suramericanos, Ecuador está en la séptima posición en cuanto al número de llegadas de turistas no residentes, en contraste con países como Colombia y Perú (fronterizos) que han superado la barrera de los tres millones de turistas no residentes (internacionales).
Ciertamente los reconocimientos mejoran la empatía hacia las ciudades, pero lamentablemente no son una buena herramienta para aumentar el flujo de turistas. Hay factores como el consumo turístico que debe ser analizado; es un fenómeno interesante porque no todo depende de los esfuerzos del sector sino de otras variables como la precepción de la seguridad, conectividad entre los países emisores y el destino, calidad del servicio y estrategias de mercado, entre otras cualidades que debe poseer el destino turístico consolidado.
Por la llegada de turistas se mide cuando un país crece estadísticamente en ese sector. Los premios recibidos deberían ser una razón para provocar cambios en las políticas públicas para dinamizar este sector. Las cifras deben obligar a una reflexión. Ecuador todavía no cuenta con estudios actualizados en materia de turismo para desarrollar estrategias a seguir. Pero son muy importantes las políticas de seguridad. La percepción que una persona pueda tener sobre el lugar que va a visitar siempre pesa a la hora de comprar los tiquetes de avión.
La oferta turística también necesita ser fortalecida y reforzar las cualidades y bondades de los principales destinos turísticos del país. Quito por ser la capital y Guayaquil por ser el puerto principal serán siempre las ciudades más visitadas. Pero hay destinos como Baños (Tungurahua), Mindo (Pichincha) y Montañita (Santa Elena) que deberían consolidar su oferta de servicios y tener una mayor promoción.
Trabajar a nivel de productos turísticos y de destinos también significa mejorar la conectividad aérea. Hay que revisar la tasa de costo de la gasolina de los aviones porque Ecuador es un país mucho más caro que otros de la región. Los aeropuertos internacionales son la base del turismo receptivo de un país.
Es necesario mejorar la oferta y la calidad del servicio. En la actualidad no existen sitios que brinden información y oferten productos las 24 horas del día, tampoco hay la suficiente cantidad de productos turísticos competitivos versus la oferta promocionada por Colombia y Perú.
El tema de los precios también se debe revisar. No porque seamos un país dolarizado todo tiene que ser caro. El Ecuador tiene una moneda fuerte que no se devalúa, en comparación con otros países de la región. Siendo el factor económico uno de las razones que pueden definir si se realiza o no un viaje a un determinado destino, además, en la actividad turística, los resultados de la relación costo-beneficio (costo-precio-satisfacción), es el principal factor de promoción de los destinos turísticos, para lo cual, los productos turísticos ecuatorianos no solo deben revisar sus precios, sino también los servicios y la calidad de los mismos que se comercializan en nuestro país.
El ministro de Turismo Enrique Ponce de León ha reconocido que es necesario implementar una alianza público privada como una de las tantas estrategias para convertir al país en una potencia turística mundial. Con ello el gobierno demuestra que va por buen camino, el ministro Ponce de León, felicito y se congratuló con el apoyo brindado por la UIDE al haber realizado sin costo alguno para la institución policial, el Primer Curso Básico de Seguridad y Sostenibilidad Turística a los miembros del Servicio de Seguridad Turística de la Policía Nacional del Ecuador.
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