¿Hay vida después del iPhone? Los especialistas dividen los avances en el móvil en dos grandes grupos: hardware (sus partes físicas) y software (sus programas o funciones). En hardware, los fabricantes hacen especial foco en las baterías, los materiales y la pantalla. Cada vez más necesitamos el celular para poder hacer casi todo. Para eso resulta fundamental que la batería no sea una preocupación. Mientras se trabaja en la batería infinita ya existen aquellas capaces de funcionar varios días a pleno sin tener que enchufar el celular.
Los smartphones serán casi irrompibles. Deberán soportar golpes fuertes pero también agua, polvo, el frío y el calor en extremo. Asoman nuevos materiales más resistentes como acero, madera y kevlar, según un reportaje de Calrín. El año pasado, la empresa Caterpillar presentó el S60: pantalla casi irrompible, sumergible y con una cámara térmica que permite tomar fotos o videos a oscuras y medir temperatura de los ambientes.
En cuanto a las pantallas, la tendencia es que sean más grandes, flexibles y plegables. El tamaño del celular ya no será único ni fijo: se podrá doblar en varias partes hasta convertirlo en tablet o en una pantalla mínima como los viejos celulares, según la necesidad. O enrollarlos como papel, o hacerlos pulsera para llevarlos en el brazo como un reloj, como mostró la marca Lenovo. Samsung y LG lanzaron un par de modelos con pantallas curvas pero rígidas. La compañía coreana Kolon Industries prometió que para fines de este año saldrán a la venta celulares flexibles, con pantallas de entre 1 y 5 milímetros de grosor.
Samsung presentó en Nueva York, hace unas semanas, el nuevo Galaxy S8 con una pantalla que ocupa todo el frente del equipo, sin bordes para destronar al iPhone de Apple y lograr sepultar para siempre el fallido capítulo del Note 7 (los que el año pasado se incendiaron). El modelo S8 es de 5,8 y el Plus queda en 6,2 pulgadas. El botón de huella dactilar se mudó a la parte trasera, al lado de la cámara (una Dual Pixel de 12 MP), que también funciona como el escáner de iris para desbloquearlo con los ojos de su dueño.
Los celulares modulares también asoman como tendencia. Quitarle o agregarle componentes según las necesidades del momento. ¿Más memoria? ¿Nuevos sensores? ¿Más batería? No hay problema. Google probó con el proyecto Ara, que por el momento quedó suspendido. LG lanzó el G5, cuya novedad es su slot con una batería extraíble que intenta ser una solución al problema de la falta de energía.
En el mismo rumbo va Moto (ex Motorola, ahora en manos de Lenovo), que apostó fuerte a este tipo de tecnología con los Mods para su modelo Z Play. Se trata de cinco complementos que se compran aparte y se adosan al celular mediante imanes. De esta manera, el usuario puede agregarle, por ejemplo, una lente para sacar fotos de manera casi profesional; una batería extra (Power Pack) que amplía a 22 horas continuas la autonomía del equipo; un parlante JBL con más potencia de sonido o un proyector para la pared que agranda la pantalla hasta 70 pulgadas.
Más allá de los avances actuales, tal vez en el futuro los celulares se desmaterialicen y se transformen en pequeños chips casi invisibles pegados en todos lados. Incluso dentro de nuestro cuerpo. Para muchos expertos, los smartphones que se implantan en el cuerpo utilizando tecnología inalámbrica podrían estar disponibles comercialmente en 2020.
En el software es donde tal vez más se percibirán los avances de la tecnología móvil. Llegarán más aplicaciones de Inteligencia Artificial y Realidad Aumentada y con capacidad de hacernos sentir un estímulo físico, como un beso o ampliar los sentidos. Los smartphones podrán detectar un olor determinado o un sabor desde una aplicación.
Los smartphones conectados con otros dispositivos ayudarán a monitorear funciones vitales de la salud como la actividad física, problemas cardíacos, escaneo de piel para detectar problemas cutáneos antes de que se manifiesten o los niveles de glucosa en pacientes diabéticos, por ejemplo.
La consultora Gartner predice 25 mil millones de dispositivos conectados para 2030.
En cuanto a los sistemas operativos, Android (de Google) viene ganando por bastante la batalla de la cantidad frente al iOS de Apple. Pero ambas empresas desarrolladoras coinciden en que el futuro nos encontrará manejando el dispositivo casi íntegramente mediante comandos de voz y gestos a través de asistentes personales, como los actuales Siri, Cortana, Alexa y el reciente Bixby.
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