Movimientos sociales y políticos con una larga historia en las luchas sociales del país parecen haberse acorralado por la ambigüedad a la hora de pronunciarse sobre sus posturas en torno a la segunda vuelta electoral.
La Conaie primero y después Pachakutik están clarísimos a la hora de negar cualquier apoyo a las candidaturas de Lenín Moreno y Jorge Glas, porque ahí ven un continuismo que les resulta insoportable, pero pese a eso prefieren el silencio o la evasiva a la hora de pronunciarse sobre cuál será su opción para la segunda vuelta.
Si no van a votar por Moreno ni Glas, ni van a anular el voto ni dejar la papeleta en blanco, ¿entonces qué?
Tanto la Conaie como Pachakutik juegan al purísmo de la izquierda, a suponer que traicionarían sus principios a la hora de apoyar a un candidato como Guillermo Lasso que ha sido acusado por el oficialismo de las peores tragedias del país.
Una acusación que viene bien en tiempos de campaña electoral, pero solo en tiempos de campaña porque en los diez años de gobierno de Alianza Pais ninguna de las acusaciones que llenan los spots de campaña han llegado a instancias judiciales.
La Conaie y Pachakutik juegan con el vacío, juegan a ponerse al borde del abismo al rechazar las candidaturas de Lenín Moreno y Jorge Glas y rechazar, al mismo tiempo, la opción del voto nulo y blanco, pero absteniéndose de dar un pronunciamiento oficial sobre su opción para la jornada electoral del próximo 2 de abril.
No importa cuál sea su opción, tampoco qué porcentaje del electorado representan ni si su opinión será decisiva en la jornada del próximo 2 de abril, pero si quieren ser actores políticos lo lógico sería que hagan política y no jueguen con la ambigüedad ni se paren, supuestamente, al margen del tablero político.
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