Holanda puso el freno a la extrema derecha europea al dar como ganador al actual primer ministro, el liberal Mark Rutte, frente a Geert Wilders, el candidato racista que llegó a liderar las encuestas durante varios meses.
“Hemos parado al populismo equivocado”, dijo Rutte en referencia a Wilders tras conocer los primeros sondeos en La Haya. De todos modos el liberal tendrá que entenderse con tres o cuatro partidos para tratar de formar un ejecutivo que le mantenga en el poder otros cuatro años más.
El partido liberal VVD se hizo con 32 escaños, según los resultados oficiales con más del 77 % de los votos escrutados. El partido de extrema derecha de Geert Wilders quedaría en segundo lugar empatado con otras dos formaciones, según sondeos.
El primer ministro liberal holandés, Mark Rutte, afirmó congraciado que “luego del Brexit y después de las elecciones en Estados Unidos, Holanda dijo no al populismo”.
Las elecciones holandesas se consideran un indicio de lo que podría avecinarse en las presidenciales de Francia, en abril y mayo, y en las legislativas de Alemania, hacia fin de año.
Los 32 puestos conseguidos le significan 9 diputados menos respecto a las elecciones de 2012, pero quedaría netamente por delante del PVV del ultraderechista Wilders, que solo habría subido 4 diputados, hasta 19.
El candidato opositor, Geert Wilders, reconoció su derrota, aunque se declaró “ganador de cuatro escaños más” que en las pasadas elecciones.
El político neerlandés llegó a exigir “un puesto en la futura coalición” de Gobierno, si bien la mayoría de partidos han descartado durante la campaña incluirlo en un hipotético Ejecutivo.
“Esto es una primavera patriótica. Yo soy un luchador y no un populista. Nuestra influencia es grande”, añadió el líder del Partido de la Libertad (PVV), que está “dispuesto a hacer una fuerte oposición” en Holanda.
Los resultados tranquilizaron a Europa y el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, celebró “una votación por Europa, contra los extremistas”, mientras que el presidente francés, François Hollande, celebró “una neta victoria contra el extremismo”.
“‘Me alegro de proseguir con una buena colaboración como amigos, vecinos, europeos‘”, indicó la canciller alemana, Angela Merkel.
La agitada campaña ha movilizado a la gente. La participación subió ocho puntos (82%) respecto a las pasadas elecciones y Wilders tiene mucho que ver con eso. Nunca la extrema derecha había experimentado un auge semejante desde la Segunda Guerra Mundial en países como Holanda, Francia y Alemania.
Todo el mundo estaba pendiente de su resultado. El frenazo que ha recibido si continúa la tendencia a medida que se vayan contando los votos pone de manifiesto que los políticos de su mismo corte puede que encuentren más oposición en Europa que en Estados Unidos
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