El féretro con el cuerpo de monseñor Luis Alberto Luna Tobar, exarzobispo de Cuenca, que falleció el martes a los 93 años de edad, partió hacia el aeropuerto Mariscal Sucre con rumbo a la capital azuaya antes de las 13:00 del miércoles.
En la iglesia de Santa Teresita, de la cual fue párroco por 22 años (desde 1946 hasta 1968), se celebró la ceremonia religiosa en la que se leyó una breve biografía. Fue vestido con el hábito sacerdotal, tal como establecen la exequias de un obispo, que incluyen casulla (vestimenta externa), insignias episcopales, anillo, pectoral.
Tras la ceremonia, que duró más de una hora, varios feligreses se acercaron al féretro para darle el adiós final, antes de que el féretro fuera llevado a Cuenca. A esa ciudad llegó a las 15:23 en un avión de las Fuerza Aérea. Fue recibido por un grupo de sacerdotes de la Arquidiócesis y de la Orden de los Carmelitas a la que perteneció el religioso.
El féretro fue llevado a la Catedral de la Inmaculada Concepción donde se realizó la primera eucaristía dirigida por el arzobispo de Cuenca, Marco Pérez Caicedo, y el obispo de Loja, Alfredo Espinoza. También participaron 35 sacerdotes de diferentes parroquias de Azuay y 15 seminaristas que solemnizaron los protocolos, según diario El Comercio.
Sobre la caja se colocaron los elementos sacerdotales que acompañaron a Luna Tobar durante los 19 años como arzobispo de Cuenca: la estola, casulla, báculo y el evangeliario. Una larga fila se formó al pie de la capilla ardiente para dar el último adiós.
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