Unas 37 personas han muerto, este 16 de enero, al estrellarse un avión de carga turco en una zona residencial próxima al aeropuerto de Bishkek, capital de Kirguistán, según los últimos datos del Ministerio de Situaciones de Emergencias kirguís.
El ministro de Sanidad kirguís, Talantbek Batiralíyev, ha confirmado la muerte de 31 personas, incluidos los 4 tripulantes de la aeronave, y ha apuntado al hallazgo de fragmentos de otros nueve cadáveres, por lo que el número de víctimas del siniestro podría ascender a 40.
El avión “se dio la vuelta al precipitarse y se partió en 3 o 4 partes. Los fragmentos de los cadáveres de las víctimas están esparcidos por todo el perímetro”, dijo a su vez el viceprimer ministro kirguís, Mujammetkaliy Abulgazíyev.
Otras 9 personas han resultado heridas en el accidente y han sido trasladadas a distintos hospitales de Biskek, agregó Batiralíyev. La aeronave destruyó al menos 32 viviendas al caer al suelo sobre las 07:17.
El Boeing 747-400 de la compañía turca Avia Cargo Turkish (ACT), cubría un vuelo para Turkish Airlines cuando se precipitó sobre una zona residencial de la localidad de Dacha-Suu, a menos de dos kilómetros de la pista de aterrizaje del aeropuerto Manas de Biskek.
Más de 1.000 operarios, entre servicios de rescate, policía, militares y personal del aeropuerto, trabajan en el lugar del siniestro.
Una fuente en el aeropuerto Manas citada por Interfax explicó que los pilotos no fueron capaces de dirigir el aparato hacia la pista de aterrizaje por la densa niebla que cubría el aeródromo en el momento del siniestro.
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