La policía acaba de confirmar que el embajador de Grecia en Brasil, Kyriakos Amiridis, de 59 años, desaparecido en Río de Janeiro desde el lunes, fue hallado calcinado al interior de un vehículo que había alquilado. El misterio en torno a esta muerta aumenta luego de que la Policía hallara en el sofá de la casa de Nova Iguaçú, región metropolitana de Río, donde Amiridis y su esposa pasaban las vacaciones de Navidad, varias manchas de sangre.
Esas evidencias diluyeron la versión dada por la esposa, la brasileña Françoise Amiridis, cuando denunció la desaparición de su marido. Amiridis, según la denuncia, salió de la casa familiar la noche del lunes en un Ford Ka alquilado. Ella había asegurado que no dijo dónde iba y que nunca más dio señales de vida.
Françoise tardó 48 horas en comunicar a la policía que el embajador estaba supuestamente desaparecido.
La División de Homicidios de la Baixada Fluminense, cuyos agentes están sin dormir intentando resolver el caso, trabaja con la hipótesis de que el embajador nunca llegó a salir de casa por su propio pie. Él, según reveló el diario Extra, fue asesinado en su propia residencia y el cuerpo habría sido colocado durante la madrugada en el auto que dos días más tarde fue encontrado carbonizado en Nova Iguaçú.
La revista Veja titula incluso que la esposa y su amante están detrás del asesinato del embajador.
Los investigadores señalan que Françoise mantenía una relación extraconyugal con un policía militar. El agente llegó la madrugada de este viernes a la comisaría para declarar, y aún no ha sido puesto en libertad. La revista Veja ha divulgado que el oficial confesó el asesinato e involucró a dos personas más.
Françoise, que habría tramado todo con su amante, apareció este viernes por la mañana en la comisaría, escoltada por tres policías, y no hizo declaraciones a la prensa. La Policía ha pedido la prisión preventiva de los cuatro sospechosos, según la revista.
Amiridis era un apasionado de Río de Janeiro y solía pasar ahí sus días libres, donde vive la familia de su mujer. Nova Iguaçu, donde Amiridis estaba de vacaciones y donde el vehículo fue encontrado no es un destino tradicional de ocio en Río de Janeiro. El municipio, de cerca de 800 mil personas, es una de las 13 ciudades que integran la Baixada Fluminense, un territorio violento, abandonado por el poder público y donde grupos paramilitares y narcotraficantes transitan con cierta tranquilidad, según describe diario El País.
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