El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, mantiene su promesa de deportar a los inmigrantes indocumentados, tres millones de los cuales podrían ser expulsados después de que asuma el gobierno de Estados Unidos, según declaró en una entrevista con la cadena CBS.
“Lo que estamos haciendo es tomar a los criminales y a quienes tengan antecedentes criminales, pandilleros, traficantes de drogas (…) probablemente dos millones, incluso tres millones; los vamos a sacar del país o los vamos a encarcelar”, dijo el mandatario.
A continuación, el presidente electo dijo que cuando haya hecho segura la frontera, decidirá el destino de los restantes sin papeles. “Después de asegurar la frontera y cuando todo esté normalizado, tomaremos una decisión sobre la gente de la que hablan [no precisa a quién se refiere], que es gente estupenda, estupenda, pero vamos a tomar una decisión sobre eso. Pero antes de tomar esa decisión… es muy importante, vamos a asegurar la frontera”.
Trump comenzó su campaña electoral el 16 de junio de 2015 diciendo que los inmigrantes mexicanos eran narcotraficantes, criminales y violadores. Después, fue endureciendo su discurso hasta prometer la deportación masiva de todos los inmigrantes irregulares en el país, a los que él llama “extranjeros ilegales”. Llegó a detallar que crearía una “fuerza (policial) de deportación” específica. Más adelante en la campaña, pareció suavizar esa posición.
En el discurso que dio ante la Convención Republicana cuando aceptó la nominación como candidato, el pasado julio, Trump dijo que “180 mil inmigrantes ilegales con antecedentes criminales, que tienen orden de deportación de nuestro país, esta noche vagan libremente para amenazar a nuestros pacíficos ciudadanos”.
El presidente Barack Obama, según diario El País, ha deportado durante sus ocho años de mandato a 2,5 millones de personas con antecedentes criminales. Ha sido el presidente que más inmigrantes ha expulsado en la historia. Se calcula que en Estados Unidos viven alrededor de 11 millones de extranjeros en situación irregular.
En noviembre de 2014, Obama promulgó una orden ejecutiva (un decreto) que garantizaba protección contra la deportación a los padres indocumentados de ciudadanos estadounidenses que cumplieran ciertas condiciones. Alrededor de cinco millones de personas iban a ser protegidas. El plan nunca llegó a entrar en funcionamiento porque fue denunciado judicialmente por 25 Estados gobernados por los republicanos y bloqueado. El Tribunal Supremo renunció a pronunciarse sobre el mismo y lo dejó paralizado en manos de los tribunales inferiores.
Trump nunca ha detallado a qué se refiere con criminales, si son delitos graves o cualquier tipo de encuentro con la ley. Las actuales normas del Departamento de Interior ya establecen que la prioridad para deportar son los irregulares buscados o convictos por delitos.
Esta es la primera vez que Trump se pronuncia sobre el asunto que más preocupa a sus votantes, según las encuestas a pie de urna, después de haber ganado las elecciones. Preguntado en la entrevista con CBS por “el muro”, un eslogan de campaña que entusiasma a sus seguidores, respondió que en algunas partes podrá ser “una valla”. La frontera con México ya está vallada prácticamente en su totalidad.
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