El crecimiento de las ciudades plantea escenarios contrapuestos según el informe mundial Cultura: Futuro Urbano, que la Unesco presenta en Quito, como parte de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Vivienda y Desarrollo Urbano Sostenible, Hábitat 3.
La cultura tiene el poder de hacer las ciudades lugares más prósperos seguros y sostenibles, según el informe en el que se demuestra que la aplicación de políticas de desarrollo que tienen en cuenta la protección y la promoción de la cultura y el patrimonio, tal y como preconizan las convenciones de la Unesco, beneficia a las ciudades.
La tendencia actual muestra que la urbanización del planeta continuará aumentando en escala y velocidad, en particular en África y Asia, que en 2050 tendrán respectivamente un 54% y un 64% de población urbana. Según las proyecciones más recientes, en 2030 habrá en el mundo 41 megaciudades con al menos diez millones de habitantes cada una.
Esta urbanización rápida y masiva, según la Unesco, puede exacerbar algunas problemáticas urbanas, dando lugar a más barrios marginales y menos acceso a los espacios públicos, así como a un mayor impacto medioambiental negativo. Las consecuencias potenciales de este proceso serán el desempleo, la desigualdad, la discriminación y la violencia.
El informe defiende la plena integración de la cultura en las políticas urbanas para garantizar que sean sostenibles y brinden más calidad de vida a sus residentes.
Irina Bokova, directora general de la Unesco, ha dicho que “la cultura ocupa un lugar central en la renovación y la innovación urbana. Este informe aporta un caudal de ideas y pruebas concretas que demuestran el poder de la cultura como recurso estratégico para la creación de ciudades más inclusivas, creativas y sostenibles.”
El informe analiza la situación, los problemas y las oportunidades en cada contexto regional y presenta un panorama mundial de la conservación y la salvaguardia del patrimonio material e inmaterial, así como de la promoción de las industrias culturales y creativas, como base del desarrollo urbano sostenible.
Las zonas urbanas inscritas en la Lista del Patrimonio Mundial, es decir, más de un tercio de los 1.052 sitios inscritos, tienen grandes desafíos, según el informe, en particular en términos de conservación y de gestión de los flujos turísticos.
Las proyecciones más recientes hacen prever que en 2030 habría en el mundo 41 megaciudades con al menos diez millones de habitantes cada una.
El Informe cita más de un centenar de estudios de caso y detalla el impacto de la cultura en las ciudades, incluyendo muchas en situación de conflicto y postconflicto. Así, a raíz de la destrucción de sitios emblemáticos como el templo de Al-Askari en la ciudad de Samarra (Iraq), perpetrada en 2006 o de los antiguos mausoleos de Tombuctú (Malí), en 2012, los esfuerzos de reconstrucción y rehabilitación demostraron la capacidad de la cultura para restaurar la cohesión entre comunidades y mejorar las condiciones de vida, abriendo al camino al diálogo y la reconciliación.
El informe identifica también algunas estrategias innovadoras utilizadas para promover la preservación de la vivienda en zonas históricas, como en Quito (Ecuador), donde se entregaron subsidios públicos a los habitantes de edificios residenciales del centro histórico con miras a restaurarlos, mantener a los residentes en sus vecindarios originales e impedir así la elitización residencial, o “gentifricación”. (I)
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