Masas de gente y vehículos desplazándose por los alrededores de la Casa de la Cultura Ecuatoriana (CCE), en Quito, es la imagen que se divisa hoy desde que comenzaron a caer los primeros rayos del sol.
Cercada y custodiada por vallas metálicas, centenares de policías y personal de seguridad, la CCE recibe a los delegados de 193 países que conforman la ONU, conferencistas, comunicadores y público en general, en el marco de la Conferencia Hábitat 3, que se desarrollará hasta el jueves próximo.
En el interior de la sede, la primera rueda de prensa realizada estuvo a cargo de algunos alcaldes miembros de C40. Este es un grupo de ciudades que trabajan por reducir las emisiones de carbono.
En el exterior y pese a los constantes anuncios realizados desde hace varios días por las autoridades capitalinas, los cierres vehiculares tomaron por sorpresa a un sinnúmero de personas. A partir de las 07:00 y durante un período de dos horas por la acera de la avenida Doce de Octubre, la calle Toledo, la Madrid, la av. Seis de Diciembre, la av. Patria y todas las vías en un perímetro de cinco cuadras a la redonda de la CCE, hombres y mujeres corrían hacia las oficinas del sector. Los más precavidos aprovecharon estos desvíos y cierres vehiculares para desplazarse en bicicleta.
El único ingreso permitido la CCE fue por la av. Seis de Diciembre, incluso para quienes ya tenían la acreditación.
Mientras, en las inmediaciones del parque El Ejido centenas de personas hacían fila para ingresar a una de las conferencias. Otros la hacían para intentar obtener una acreditación que les permitiera participar en el evento. En este espacio de recreación la mezcla intercultural era evidente. Personas de todas las edades, de diversas nacionalidades e incluso con atuendos diferentes se concentraron en el lugar, con paraguas y sombreros, para protegerse del sol, la espera llevó varias horas hasta conseguir su objetivo. Allí se montaron carpas a las que, quienes estaban aburridos de hacer fila o resguardarse del sol acudían, para obtener un tríptico informativo o un vaso de agua.
Cada 15 minutos la masa de gente que hacía fila avanzaba unos cuantos metros y volvía a detenerse. Quienes aprovecharon esta situación fueron los vendedores del parque, quienes con agua, jugos y otras bebidas saciaron la sed de algunos. Los extranjeros se inclinaron por las artesanías que se ofertaban en el sector y aprovecharon para llevar un recuerdo a casa.
Hubo quienes solo al llegar al parque y ver la inmensa fila se daban por vencidos. De inmediato se dirigían a los otros escenarios en los que también se realizan ciclos de conferencias. Entre las opciones más cercanas están las universidades Católica y Politécnica. Hasta el jueves se mantendrán los operativos viales y de seguridad en la CCE, designada territorio ONU.
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