En el mundo occidental, los países buscan su integración que, como en el matrimonio, es “permanente y para todos los efectos, en la prosperidad y la desventura, la salud y la enfermedad”. En el mundo oriental, los países buscan la cooperación, como en la “unión libre”, solo para lo que dé placer y ventajas, sin compromisos que aten más allá de la temporalidad de los proyectos de interés.
Todos los días, los países, las empresas y las personas, buscan aunar esfuerzos, integrarse o cooperar, para lograr objetivos comunes sobre la base de sinergias que provoquen resultados mayores a los que pudieran alcanzar individualmente.
En el caso de los países, salvo excepciones como la actual del Ecuador, la idea es aplicar acuerdos binacionales o multilaterales que les permitan explotar conjuntamente sus mercados y por supuesto, los de todo el mundo, determinando mayores inversiones, con lo cual su producción aumentará a tasas crecientes y se especializará, habrá mayor empleo, exportaciones a gran escala e importantes desarrollos tecnológicos en las anteriores y en nuevas áreas del conocimiento, para incrementar el bienestar de sus poblaciones.
Estados Unidos tiene más de una decena de acuerdos comerciales y similares con países de todo el mundo. Avanza en su proyecto de la ALCA “light”, suscribiendo acuerdos comerciales en el continente americano, donde los tiene desde hace tiempo con México, Canadá, Centroamérica, Chile, Colombia, Perú, República Dominicana. Negocia con la Unión Europea un tratado de libre comercio.
La Unión Europea hace mucho que notificó a los países de su área de influencia (sus excolonias de África, Caribe y Pacífico) sobre la terminación de las preferencias arancelarias y motivó a otros países para que suscriban con ella acuerdos de libre comercio o de cooperación, para ampliar sus mercados, no solo para el comercio de bienes, sino para todo propósito económico. El resultado es que decenas de países se hallan involucrados en ese esfuerzo comunitario y conjunto.
China y los países asiáticos han fijado metas en el año 2020 para liberar su comercio, de manera que unos nutran a otros de maquinarias, equipos y materias primas y todos puedan avanzar en su conquista de los mercados mundiales. Además, China incrementa a cada momento sus nexos con América Latina, para abastecerse de materias primas, vender productos manufacturados, efectuar préstamos a países casi quebrados, participar en proyectos estratégicos.
Rusia quiere volver a integrar a varios países de la desaparecida Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. El primero de enero del 2015, entró en vigor una nueva propuesta de integración denominada Unión Económica Euroasiática (UEE), integrada por Rusia, Bielorrusia, Kazajistán, Armenia y Kirguistán.
En nuestro continente, aunque en mi criterio mal estructurada y peor dirigida, se va formando la Unión de Naciones de América del Sur (Unasur), con una serie de proyectos estatales de gran magnitud, que las condiciones del mercado internacional existentes hasta 2014 hacían pensar posibles, pero que en la actualidad será muy difícil de llevar a cabo.
Además, Chile, Colombia, México y Perú avanzan en su proyecto de la Alianza del Pacífico (en el que Ecuador se negó a participar), para aumentar su comercio, pero sobre todo para sentar bases de una mejor y mayor participación en el mercado mundial.
El Mercosur de Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela, no tiene futuro promisorio y se encuentra ahora con sus tres miembros gigantes en situaciones políticas y económicas harto difíciles, que lo tienen con pronóstico reservado y con pérdidas notorias en sus indicadores sociales de empleo y pobreza.
La Comunidad Andina, de la cual forma parte el Ecuador, es apenas una sombra de lo que fue el Grupo Andino de los años 70 del siglo pasado, como mecanismo de impulso del desarrollo de la Subregión. Sus cuatro miembros, dos impulsores del Socialismo del Siglo XXI y del desarrollo endógeno y dos impulsores del liberalismo económico y de la apertura al mundo, no se ponen de acuerdo para asuntos realmente trascendentes y adoptan decisiones que impulsan actividades en ciertos campos, desde el punto de vista legal subregional, pero no aportan significativamente al dinamismo que requieren la economía y el desarrollo de los pueblos andinos, aunque mejoran el marco de acción estatal y privado andino.
Las severas condiciones que enfrentan ahora los “commodities” en el mundo, llevan a los países a atender primero sus agravados problemas económicos internos y luego a pensar en la integración, como ya pasó en los años 80 y 90 del siglo XX. Los mecanismos del Acuerdo de Cartagena, incluso la Zona de Libre Comercio, están seriamente afectados por los acuerdos comerciales de Colombia y el Perú.
Sin embargo, es urgente pensar en el futuro de la integración latinoamericana y andina, con una nueva perspectiva, que dinamice la economía de los países. Los presidentes latinoamericanos, en vez de desgastar su labor en diferentes procesos poco efectivos de integración, deben concentrarse en uno grande y efectivo.
Con respecto a la Comunidad Andina, se está efectuando un proceso de reingeniería liderado por los gobiernos y ejecutado por la Secretaría General. Dentro de ese proceso, las líneas maestras 2015 se referían a los siguientes temas:
Integración comercial: mercado ampliado de bienes, aduanas, calidad y sanidad humanas, sanidad agropecuaria, sanidad de animales acuáticos, inocuidad de alimentos, política arancelaria, defensa comercial, libre competencia.
Integración física: transporte de personas y mercaderías, transporte terrestre, infraestructura vial, transporte aéreo, transporte acuático; interconexión eléctrica, telecomunicaciones.
Transformación productiva: promoción comercial, Mipymes, complementariedad y productividad, minería
Servicios e inversiones
Asuntos sociales: migración y movilidad humana, seguridad social, salud y seguridad en el trabajo, participación social y ciudadanía andina, identidad andina y cultura.
Propiedad intelectual.
Áreas especiales: cooperación técnica, estadística, prevención de desastres,
Servicio Jurídico.
Tales acciones deben efectuarse dentro de un proceso de corto plazo que lleve a que la Comunidad Andina se funda con la Unasur.
La Unasur debe ser el núcleo de todos los esfuerzos de integración sudamericana y, tal como en su momento lo planteó el expresidente ecuatoriano Rodrigo Borja, debe hacer “borra y va de nuevo” con relación al Mercosur y la Comunidad Andina, respetando todo lo rescatable del patrimonio histórico de esas dos agrupaciones, pero teniendo como una referencia fundamental, la de que no se debe ir a una integración “hacia adentro” para un conjunto de países que significa muy poco en el mercado mundial (menos del 4%) , sino a una integración “hacia afuera”, aprovechando todas las fortalezas actuales, sobre todo en términos de disponibilidad y potencial exportador de recursos naturales, de capacidad de competencia en algunos rubros de bienes y servicios con grados importantes de desarrollo tecnológico; impulsando proyectos de infraestructura bi o plurinacionales, generando servicios sudamericanos que unan o acerquen a los países entre sí y con el mundo, diseñando un marco legal de la Unasur que brinde confianza a los inversores nacionales y extranjeros, para que se multipliquen los emprendimientos de diversa magnitud, para el mercado regional y el mundo.
Los 21 objetivos específicos de la Unasur son:
1) El fortalecimiento del diálogo político entre los Estados Miembros, que asegure un espacio de concertación para reforzar la integración sudamericana y la participación de UNASUR en el concierto internacional,
2) El desarrollo social y humano con equidad e inclusión para erradicar la pobreza y superar las desigualdades en la Región.
3) La erradicación del analfabetismo, el acceso universal a una educación de calidad y el reconocimiento regional de estudios y títulos.
4) La integración energética para el aprovechamiento integral, sostenible y de los recursos de la Región.
5) El desarrollo de una infraestructura para la interconexión de la Región y entre nuestros pueblos, según criterios de desarrollo social y económico sustentables.
6) La integración financiera mediante la adopción de mecanismos compatibles con las políticas económicas y fiscales de los Estados Miembros.
7) La protección de la biodiversidad, los recursos hídricos y los ecosistemas, así como la cooperación en la prevención de catástrofes y … los efectos del cambio climático.
8) El desarrollo de mecanismos concretos y efectivos para la superación de las asimetrías, logrando así una integración equitativa.
9) La consolidación de una identidad suramericana, … con el fin de alcanzar una ciudadanía suramericana.
10) El acceso universal a la seguridad social y a los servicios de salud.
11) La cooperación en materia de migración, con un enfoque integral, … para la regularización migratoria y la armonización de políticas.
12) La cooperación económica y comercial para lograr el avance y la consolidación de un proceso innovador, dinámico, transparente, equitativo y equilibrado, que contemple un acceso efectivo, promoviendo el crecimiento y el desarrollo económico que supere las asimetrías de los países, … , así como la promoción del bienestar de todos los sectores de la población y la reducción de la pobreza.
13) La integración industrial y productiva, con especial atención en las pequeñas y medianas empresas, las cooperativas, las redes y otras formas de organización productiva.
14) La definición e implementación de políticas y proyectos comunes o complementarios de investigación, innovación, transferencia y producción tecnológica, con miras a incrementar la capacidad, la sustentabilidad y el desarrollo científico y tecnológico.
15) La promoción de la diversidad cultural y … de la memoria y de los conocimientos y saberes de los pueblos de la Región, para el fortalecimiento de sus identidades.
16) La participación ciudadana a través de mecanismos de interacción y diálogo entre UNASUR y los diversos actores sociales en la formulación de políticas de integración suramericana.
17) La coordinación entre los organismos especializados de los Estados Miembros, teniendo en cuenta las normas internacionales, para fortalecer la lucha contra el terrorismo, la corrupción, el problema mundial de las drogas, la trata de personas, el tráfico de armas pequeñas y ligeras, el crimen organizado transnacional y otras amenazas, así como para el desarme, la no proliferación de armas nucleares y de destrucción masiva, y el desminado.
18) La promoción de la cooperación entre las autoridades judiciales de los Estados Miembros de Unasur.
19) El intercambio de información y de experiencias en materia de defensa.
20) La cooperación para el fortalecimiento de la seguridad ciudadana.
21) La cooperación sectorial como un mecanismo de profundización de la integración suramericana, mediante el intercambio de información, experiencias y capacitación
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