La miopía se ha convertido en una de las principales amenazas para la salud visual del siglo XXI. Según estudios recientes, más del 50% de los jóvenes en el planeta padece algún grado de esta alteración ocular, y las proyecciones indican que para 2050 podría alcanzar al 70% de la población mundial.
Los especialistas advierten que el fenómeno no se limita a un problema óptico, sino que refleja un cambio profundo en los estilos de vida. El aumento del tiempo frente a pantallas, la lectura en dispositivos electrónicos y la reducción del contacto con la luz natural están modificando el desarrollo del ojo humano desde edades tempranas.
En países asiáticos como China, Corea del Sur y Singapur, la miopía infantil se ha convertido en una verdadera epidemia. En Europa y América Latina la tendencia es similar: cada vez más niños requieren corrección visual antes de los diez años. Los oftalmólogos recomiendan limitar el uso de dispositivos electrónicos, promover actividades al aire libre y realizar controles médicos regulares para prevenir daños permanentes en la retina.
La pandemia visual no solo afecta la calidad de vida, sino también la productividad, el aprendizaje y la salud mental. Los expertos insisten en que los gobiernos deben incorporar políticas de prevención visual en los sistemas educativos y de salud pública.
Relevancia para Ecuador:
En Ecuador, los casos de miopía infantil se han duplicado en la última década. El país necesita fortalecer sus programas de salud visual escolar e impulsar campañas de detección temprana para evitar que esta tendencia global se consolide como una nueva crisis sanitaria.
Fotografía de portada: Niña observando un libro con una lupa, símbolo del aumento de la miopía infantil.
Crédito: Shutterstock
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