El fin de semana del 4 de julio, el río Guadalupe, en el centro de Texas, se desbordó tras lluvias torrenciales, causando inundaciones repentinas que arrasaron casas, vehículos y un campamento infantil llamado Camp Mystic.
Hasta ahora se reportan al menos 80 fallecidos, entre ellos más de 30 niños, y decenas de niñas siguen desaparecidas. Las autoridades locales y federales han desplegado un amplio operativo de rescate con helicópteros, botes, drones y perros rastreadores. Se han salvado aproximadamente 850 personas.
Una declaración de desastre fue firmada por el presidente Trump para acelerar la ayuda federal, y se teme que las lluvias continúen, complicando aún más las labores de búsqueda. Esta tragedia se convierte en la peor inundación de este tipo en Texas desde 1987.
Relevancia para Ecuador
Aunque geográficamente distantes, las inundaciones destacan la importancia de reforzar sistemas de alerta temprana y gestión de riesgos en el país, especialmente ante fenómenos extremos en zonas vulnerables como la costa y Amazonía. Además, los desastres climáticos en EE. UU. pueden interrumpir cadenas de suministro y afectar precios de remesas y donaciones humanitarias.
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