ROMA — El sur de Europa está experimentando una de las olas de calor más intensas registradas en su historia reciente. En ciudades como Roma, Atenas y Sevilla, las temperaturas han superado los 45 grados Celsius, colapsando servicios básicos, disparando el consumo eléctrico y generando una ola de cancelaciones turísticas.
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) atribuye este fenómeno al calentamiento global, y advierte que podría repetirse con mayor frecuencia. Las consecuencias son evidentes: hospitales saturados por golpes de calor, incendios forestales en Italia y Grecia, y restricciones energéticas en España.
En Roma, las autoridades municipales han habilitado 50 centros climatizados para ancianos y niños, además de distribuir agua gratuita en estaciones de metro y plazas públicas. En paralelo, el sector turístico sufre una caída del 20 % en reservas hoteleras, según datos de la Asociación Europea de Agencias de Viajes.
El calor extremo también afecta al personal de servicios, especialmente trabajadores de la construcción y el transporte, lo que ha provocado huelgas en sectores públicos en Portugal y Francia. Organizaciones ambientales insisten en que esta crisis es una llamada urgente para acelerar la transición energética y repensar el modelo turístico de la región.
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