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Hallada la huella dactilar de un neandertal, la más antigua del mundo, de hace 43.000 años

lunes, mayo 26, 2025
La piedra, un canto rodado de granito, fue descubierta el 14 de julio de 2022, durante la campaña de excavación del yacimiento del Abrigo de San Lázaro (Segovia), donde se cree que vivieron los últimos neandertales de la Península Ibérica (y del mundo) antes de su extinción.
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Madrid (EFE).- Un equipo de científicos españoles ha descubierto una piedra con la huella dactilar más antigua del mundo. El canto, en el que un neandertal dejó su huella intencionalmente hace 43.000 años, es el objeto de arte mobiliar más antiguo de Europa y una nueva prueba del pensamiento simbólico de estos humanos.

Los detalles del hallazgo, presentados este lunes en una rueda de prensa, se han publicado en un artículo de acceso abierto en la revista ‘Archaeological and Anthropological Sciences´, realizado por científicos de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), del Instituto Geológico y Minero de España (IGME) del CSIC, de la Policía Científica de la Policía Nacional y de la Universidad de Salamanca (USAL).

La piedra, un canto rodado de granito, fue descubierta el 14 de julio de 2022, durante la campaña de excavación del yacimiento del Abrigo de San Lázaro (Segovia), donde se cree que vivieron los últimos neandertales de la Península Ibérica (y del mundo) antes de su extinción.

El yacimiento, que dio refugio a los neandertales hace entre 41.000 y 45.000 años, contiene abundantes restos de industria lítica (herramientas y lascas de piedra talladas con la técnica ‘Levallois’) y restos de los animales -sobre todo ciervos y conejos- que estos hombres cazaban en el valle del Eresma.

Pero en la campaña de excavación de 2022, sucedió algo inédito: «encontramos un canto rodado con forma elipsoidal y un punto ocre circular de un centímetro de diámetro en el centro», explica a EFE el geólogo del IGME-CSIC y miembro del equipo encargado de las excavaciones del yacimiento, Andrés Díez-Herrero.

«La pieza era muy especial: no era un yunque, es decir, no la habían usado para tallar sobre ella, ni tampoco era un percutor para fabricar herramientas. Era una pieza de granito sin marcas que había sido llevada ex profeso a esa cueva caliza», subraya el investigador.

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