El rumbo de la economía global en 2025 depende sobre todo de un hombre: Donald Trump, presidente electo de la mayor economía del mundo. Y eso significa que los futuros acontecimientos -incluso más allá de 2025- son impredecibles y difíciles de evaluar.
Las consecuencias de su llamado a poner “Estados Unidos primero” llegarán mucho más allá de las fronteras de Estados Unidos y los caprichos de Trump trastocarán el orden global tal como lo conocemos.
La prosperidad, la globalización y las guerras lejanas se deciden en gran medida en Washington. Lo nuevo es la incertidumbre y el caos que podrían acompañar a tales decisiones.
Trump ha cuestionado la cooperación internacional y denigrado a los aliados y a la OTAN. Nuevas alianzas comerciales y un Estados Unidos que mira hacia adentro podrían tener consecuencias de largo alcance. La falta de un liderazgo estadounidense claro dará a países como China, India y Rusia la oportunidad de llenar vacíos militares, políticos y económicos.
A las empresas les gusta planificar con antelación, razón por la cual la amenaza de los aranceles es tan preocupante. Trump ve su idea como una forma de castigar a otros países por los déficits comerciales de Estados Unidos.
Durante la campaña de 2024, Trump amenazó con aranceles generales del 10 al 20 por ciento sobre todos los bienes que ingresen a Estados Unidos y hasta el 60 por ciento sobre los productos chinos desde su primer día en el cargo.
Recientemente precisó que busca un arancel del 25 por ciento a todos los bienes provenientes de México y Canadá. Los productos chinos sólo enfrentarían un arancel del 10 por ciento. México amenazó con aplicar contraaranceles y China podría hacer lo mismo.
Para las empresas con una cadena de suministro global, una escalada de aranceles sería una mala noticia. Estos aranceles perjudicarían a los vecinos de Estados Unidos y probablemente desmantelarían el Acuerdo entre Estados Unidos, México y Canadá (T-MEC).
Actualmente, alrededor del 80 por ciento de las exportaciones mexicanas y más del 75 por ciento de las canadienses van a Estados Unidos. Más de la mitad de las importaciones de frutas y verduras de Estados Unidos provienen de México. Estados Unidos importa madera y millones de barriles de petróleo crudo de Canadá todos los días.
En última instancia, los consumidores estadounidenses enfrentarán precios más altos y estantes potencialmente vacíos cuando compran. Hay quienes afirman que Trump está utilizando principalmente la amenaza de los aranceles como herramienta de negociación. Pero tal farol podría dar lugar a represalias y rápidamente escalar a una guerra comercial global.
El rumbo de la economía global en 2025 depende sobre todo de un hombre: Donald Trump, presidente electo de la mayor economía del mundo. Y eso significa que los futuros acontecimientos -incluso más allá de 2025- son impredecibles y difíciles de evaluar.
Las consecuencias de su llamado a poner “Estados Unidos primero” llegarán mucho más allá de las fronteras de Estados Unidos y los caprichos de Trump trastocarán el orden global tal como lo conocemos.
La prosperidad, la globalización y las guerras lejanas se deciden en gran medida en Washington. Lo nuevo es la incertidumbre y el caos que podrían acompañar a tales decisiones.
Trump ha cuestionado la cooperación internacional y denigrado a los aliados y a la OTAN. Nuevas alianzas comerciales y un Estados Unidos que mira hacia adentro podrían tener consecuencias de largo alcance. La falta de un liderazgo estadounidense claro dará a países como China, India y Rusia la oportunidad de llenar vacíos militares, políticos y económicos.
A las empresas les gusta planificar con antelación, razón por la cual la amenaza de los aranceles es tan preocupante. Trump ve su idea como una forma de castigar a otros países por los déficits comerciales de Estados Unidos.
Durante la campaña de 2024, Trump amenazó con aranceles generales del 10 al 20 por ciento sobre todos los bienes que ingresen a Estados Unidos y hasta el 60 por ciento sobre los productos chinos desde su primer día en el cargo.
Recientemente precisó que busca un arancel del 25 por ciento a todos los bienes provenientes de México y Canadá. Los productos chinos sólo enfrentarían un arancel del 10 por ciento. México amenazó con aplicar contraaranceles y China podría hacer lo mismo.
Para las empresas con una cadena de suministro global, una escalada de aranceles sería una mala noticia. Estos aranceles perjudicarían a los vecinos de Estados Unidos y probablemente desmantelarían el Acuerdo entre Estados Unidos, México y Canadá (T-MEC).
Actualmente, alrededor del 80 por ciento de las exportaciones mexicanas y más del 75 por ciento de las canadienses van a Estados Unidos. Más de la mitad de las importaciones de frutas y verduras de Estados Unidos provienen de México. Estados Unidos importa madera y millones de barriles de petróleo crudo de Canadá todos los días.
En última instancia, los consumidores estadounidenses enfrentarán precios más altos y estantes potencialmente vacíos cuando compran. Hay quienes afirman que Trump está utilizando principalmente la amenaza de los aranceles como herramienta de negociación. Pero tal farol podría dar lugar a represalias y rápidamente escalar a una guerra comercial global.
Texto DW
https://www.dw.com/es/los-5-principales-retos-de-la-econom%C3%ADa-mundial-en-2025/a-71165991
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