Por Paula Escalada Medrano |
Washington (EFE).- Melania Trump, la esposa del presidente electo Donald Trump, no tomó el té el miércoles, como marca la tradición, con la primera dama Jill Biden durante el primer encuentro entre el presidente saliente y el entrante. Cuál será su papel en el nuevo Gobierno es una de las incógnitas que se abre tras la victoria del republicano.
¿Se instalará la futura primera dama permanentemente en la Casa Blanca? ¿Acompañará al presidente en sus viajes de estado, después de haber estado ausente casi toda la campaña? ¿Seguirá siendo una primera dama a su manera, mucho más ausente que sus predecesoras o cambiará de estrategia?
Rebeldía y misterio son dos de las palabras más asociadas con la exmodelo eslovena de 54 años. “Es fascinante porque se niega a ser moldeada por los asesores de imagen y a menudo desafía las expectativas de los medios y del público”, cuenta a EFE la historiadora Heath Hardage Lee, autora de ‘La misteriosa señora Nixon: La vida y los tiempos de la primera dama más reservada de Washington’.
Puesto que una primera dama no tiene funciones obligatorias, cada una “hace suyo el papel” y el suyo en aquellos cuatro años (2017-2021) fue el de “priorizar su familia por encima de todo”.
A penas vivió en la Casa Blanca sino que siguió viviendo en Nueva York, donde estudiaba su hijo, Barron Trump, el vástago menor del presidente electo, “priorizando la maternidad y su vida privada por encima de sus deberes en la Casa Blanca”.
Fue “una primera dama no tradicional” que “no aceptó los protocolos y expectativas previamente establecidos con respecto a las primeras damas”, añade Lee.
En opinión de la profesora de Comunicación en la Universidad de Boston y experta en primeras damas, Tammy Vigil, su principal legado fue “romper con la tradición”, asegura a EFE.
“Su ruptura con algunas convenciones en lo que respecta a las primeras damas contemporáneas abrió oportunidades para que las futuras primeras damas tal vez sean menos criticadas por tomar sus propias decisiones sobre cómo y cuándo cumplir con las expectativas del papel”, añade.
Este miércoles, Melania Trump nuevamente rompió las tradiciones al rechazar la invitación de Jill Biden de tomar en té en la Casa Blanca, mientras Trump y Biden se reunían para hablar de la transición de poderes.
En opinión de la profesora de la Universidad de Ohio y experta en primeras damas, Katherine Jellison, en este segundo mandato es probable que Melania Trump “continúe con el perfil bajo que ha mantenido”.
“Creo que protegerá su privacidad y solo hará apariciones públicas y declaraciones en sus propios términos (…) Se reafirmará como su propia persona y probablemente no hará muchos intentos de ajustarse a las expectativas tradicionales”, afirma a EFE.
Un mes antes de las elecciones la exmodelo publicaba ‘Melania’, su primera autobiografía, un libro en el que narra su vida sin meterse en polémicas, reflexiones sesudas o intimidades de su etapa como primera dama. Uno de los temas que más dio que hablar en los medios los días después fue su apoyo incondicional al derecho de las mujeres a abortar.
¿Tendrá un papel más presente Melania Trump y una voz propia en esta nueva etapa, que arranca el próximo 20 de enero, cuando Trump tome posesión?
Cuando asumió su papel en 2017, señala Vigil, “carecía de experiencia como esposa de un político y parecía insegura de sí misma”.
“Además, tenía un equipo que o bien era inexperto o estaba más centrado en complacer al presidente que en servir a la primera dama”, añade.
Pese a que apenas ha participado en la campaña electoral, hoy en día Melania Trump “parece mucho más intencional en sus elecciones y más centrada en sus objetivos y ambiciones”, asegura la experta.
“Si contrata a un personal que se dedique más a ella que a su marido y que tenga experiencia en el área de relaciones públicas y estrategia política, puede ser una primera dama muy importante”, pues tiene “mucho potencial”, afirma.
Para Lee, este segundo periodo “puede ser diferente”, entre otras cosas porque Barron Trump ya está en la universidad y “tendrá más tiempo libre para participar en las actividades de la Casa Blanca y en las iniciativas si así lo desea”.
“Sospecho que volverá a centrarse en cuestiones relacionadas con los niños, tanto a nivel nacional como internacional”, detalla.
No cree, sin embargo, la experta que vaya ir mucho más allá y “expresar sus opiniones políticas”, aunque quizás siga “apoyando los derechos reproductivos de las mujeres y destacando la historia de las mujeres estadounidenses, como lo ha hecho en el pasado”. EFE
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