Washington (EFE).- La candidata demócrata a la Casa Blanca, la vicepresidenta Kamala Harris, y su rival republicano, el expresidente Donald Trump (2017-2021), han chocado con sus propuestas sobre inmigración, impuestos, aranceles, aborto y política exterior. Esto es lo que promete cada uno si llega al poder tras las elecciones del 5 de noviembre.
Harris quiere hacer permanentes las restricciones al derecho de asilo que instauró la Administración de Joe Biden ante las cifras récord de migrantes en la frontera y propone una reforma que ofrezca un “camino a la ciudadanía” para los indocumentados que viven en el país, sin dar detalles de cómo planea alcanzarla.
Trump estigmatiza a los migrantes con una retórica xenófoba y promete deportaciones masivas de indocumentados, retomar la construcción del muro y eliminar beneficios migratorios para personas que huyen de sus países, a pesar de los retos legales que supondrían estas medidas.
Harris ha puesto la defensa del aborto como un tema central de su campaña y apuesta por una legislación que restaure los derechos reproductivos, si bien es poco probable que logre una mayoría en el Congreso suficiente para hacerlo.
Trump presume de que los jueces que colocó en el Tribunal Supremo tumbaron el derecho federal al aborto en 2022 y celebra que ahora cada estado es libre para restringir esa práctica, pero ha prometido que vetaría una prohibición nacional del aborto si la aprobara el Congreso.
Harris llama a poner fin a la guerra de Gaza, al tiempo que promete seguir apoyando militarmente a Israel y apuesta por una solución de dos Estados. La demócrata mantendría el envío de armas a Ucrania y promete rivalizar con China de forma responsable.
Trump asegura que lograría terminar la guerra de Ucrania en 24 horas, aunque no ha explicado cómo. Ha criticado el envío de armas a Kiev, amenaza con salir de la OTAN, se ha posicionado como firme defensor de Israel y no apoya la creación de un Estado palestino.
Harris defiende los aranceles a algunas importaciones chinas, como los vehículos eléctricos, pero rechaza aranceles generalizados para evitar una subida de precios que afecte a las clases trabajadoras.
Trump promete aranceles de entre el 10 y el 20 % a todos los productos importados, y del 60 % para aquellos provenientes de China, para forzar a las empresas a trasladar su producción a Estados Unidos.
Harris promete deducciones fiscales para pequeños negocios y aumentar los impuestos a las grandes empresas, del 21 % al 28 %. Igual que Trump, propone eliminar los impuestos a las propinas.
Trump quiere extender el recorte de impuestos a las grandes empresas que hizo durante su mandato y propone bajar la tasa impositiva del 21 % al 15 % a aquellas compañías que fabriquen todos sus productos en Estados Unidos. Promete eliminar los impuestos a las horas extra.
Harris defiende los subsidios a las energías renovables y a los vehículos eléctricos, pero ha abandonado su oposición a la fracturación hidráulica (fracking).
Trump niega la crisis climática, se opone a los vehículos eléctricos y promete aumentar la producción de petróleo y gas natural. Cuando estuvo en la Casa Blanca eliminó cientos de regulaciones ambientales y se retiró de los Acuerdos de París.
Harris quiere extender una serie de subsidios de la reforma sanitaria de 2010, conocida como Obamacare, que expandió la cobertura médica para personas de bajos recursos, y reivindica haber limitado el precio de la insulina.
Trump intentó en el pasado derogar Obamacare y ahora dice que tiene un “concepto de plan” para modificar esa ley, pero no ha ofrecido detalles. Promete recortar los impuestos a las prestaciones de la Seguridad Social, lo que aceleraría que se quedara sin fondos.
Harris defiende controles de antecedentes más estrictos para los compradores de armas de fuego, si bien ha revelado que posee una pistola semiautomática para desarticular las críticas de los republicanos que la acusaban de querer prohibir las armas.
Trump se ha erigido como un firme defensor de la Segunda Enmienda de la Constitución, que consagra el derecho a la posesión de armas, y dice ser el mejor amigo de la Asociación Nacional del Rifle.
Harris defiende la despenalización de la marihuana recreativa en todo el país y critica el encarcelamiento desproporcionado de afroamericanos y latinos por posesión de cannabis.
Trump afirma que hay que poner fin a los “arrestos innecesarios” de personas por llevar pequeñas cantidades de marihuana.
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