El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, nombró el jueves a Pam Bondi, ex fiscal general de Florida, para el cargo de fiscal general de Estados Unidos, apenas unas horas después de que su otra opción, Matt Gaetz, retirara su nombre de la consideración.
Bondi es una antigua aliada de Trump y fue una de sus abogadas durante su primer juicio político, cuando fue acusado -pero no condenado- de abusar de su poder al intentar condicionar la ayuda militar estadounidense a Ucrania a que ese país investigara al entonces ex vicepresidente Joe Biden.
Formó parte de un grupo de republicanos que se presentaron para apoyar a Trump en su juicio penal por suplantación de identidad en Nueva York, que terminó en mayo con una condena por 34 delitos graves. Ha sido presidenta del America First Policy Institute, un think tank creado por antiguos empleados de la administración Trump.
Además, durante casi dos décadas fue fiscal general de Florida y, desde allí, procuró ser “muy dura con los delincuentes violentos, (…) trabajó para detener el tráfico de drogas mortales y reducir la tragedia de las muertes por sobredosis de fentanilo, (…) y logró que las calles fueran seguras para las familias”, destacó el empresario, que sumó que “hizo un trabajo tan increíble que le pedí que formara parte de nuestra Comisión de Abuso de Drogas y Opioides durante mi primer mandato”.
Por todo esto, Trump confió en que “hará un excelente trabajo”, sirviendo para su país.
“Durante demasiado tiempo, el partidista Departamento de Justicia ha sido convertido en un arma contra mí y otros republicanos – Ya no. Pam reenfocará el Departamento de Justicia a su propósito previsto de luchar contra el Crimen, y Hacer América Segura de Nuevo”, aseguró.
Este nombramiento requiere de la aprobación del Senado.
Bondi fue apuntada para el cargo apenas unas horas después de que Gaetz declinara su candidatura para servir desde esta oficina, durante la entrante presidencia de Trump, a raíz del intenso escrutinio que se estaba realizando sobre una investigación federal de tráfico sexual, que puso en duda su capacidad de ser confirmado para el cargo.
“Si bien el impulso fue fuerte, está claro que mi confirmación se estaba convirtiendo injustamente en una distracción para el trabajo crítico de la transición Trump/Vance. No hay tiempo que perder en una pelea innecesariamente prolongada en Washington (…) El Departamento de Justicia de Trump debe estar en su lugar y listo desde el primer día”, dijo al dar la noticia.
La elección del republicano para este cargo es clave -inclusive, su círculo íntimo considera que se trata del miembro más importante del Gobierno después del presidente- ya que será quien facilite la ejecución de gran parte de su agenda, que incluye los proyectos de deportaciones masivas, los indultos a los acusados por el asalto al Capitolio y las represalias contra quienes lo persiguieron durante los últimos cuatro años.
En el pasado, Trump fue muy crítico con el accionar del Departamento de Justicia y hasta lo tildó de obstruccionista.
Texto original de Infobae
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