Los incendios en Quito consumieron, 1 964,04 hectáreas. El plan de reforestación es el siguiente paso para recuperar las áreas afectadas.
El cronograma para la intervención debe ser aprobado por el alcalde de la capital, Pabel Muñoz. Aunque, ya anunció que impulsará un plan “agresivo”.
En otro frente, el Ministerio de Ambiente aseguró que impulsará un proceso de restauración ecológico, dinámico, educativo, incluyente y participativo a escala nacional. Se empezará con el Distrito Metropolitano de Quito.
Incendios forestales en Quito y la reforestación
En los incendios que se extendieron del 24 al 26 de septiembre, la afectación correspondió a un aproximado de 2 250 canchas de fútbol profesional.
Desde la Secretaría de Ambiente de Quito detallaron que los sitios afectados pueden llegar a restaurarse naturalmente en un período de hasta 100 años.
No obstante, la meta es acelerar ese proceso. El primer paso es, en los primeros años, fortalecer el suelo para su reactivación.
Proceso de plantación y dispersión de semillas en el suelo están entre las acciones que se vienen.
Los detalles de las afectaciones
El Ministerio de Ambiente indicó que, entre enero y septiembre de 2024, los incendios forestales registrados en varios puntos de Ecuador, asociados a un marcado déficit de lluvias, en comparación con los valores de años anteriores, afectaron a más de 39 700 hectáreas de cobertura vegetal.
En ese periodo, en todo el país, se contabilizaron 3 497 incendios forestales. En Quito, entre julio y septiembre, fueron 314 incendios forestales y 1 823 quemas de desechos.
Del 23 al 27 de septiembre, el Cuerpo de Bomberos atendió 12 eventos y 91 quemas de desechos.
Sebastián Pillajo, jefe de la Unidad de Patrimonio Natural de la Secretaría de Ambiente, recordó que las zonas afectadas estaban cubiertas por eucaliptos y especies resistentes. El primero incidió en que existiera una alta combustión.
Sin embargo, en el plan no está quitar el eucalipto, pero se potenciarán las especies como laurel, aguacatillo, algarrobo, arrayán y molle. El agave, en cambio, servirá para fajas corta fuegos.
Especies de fauna
La Secretaría de Ambiente, además, recordó que las áreas de los flagelos, como el cerro Auqui y Guápulo, son hogar de fauna.
En un barrido, el personal de la institución levantó el registro de especies de reptiles, aves y mamíferos con daños.
En ese grupo están, entre otras, la falsa coral, culebra boba verde, búho estigio, mirlo grande, gallinazo de cabeza negra, raposa, ratón andino y puerco espín.
Elementos técnicos
Cecilia Puertas, docente de Gestión Ambiental, remarcó que para que la vegetación o el bosque pueda regenerarse deben quedar semillas o plantas vivas en la zona o en sus proximidades; es decir, bosques cercanos que aporten.
Se trata de una sucesión ecológica que realiza un ecosistema después de una gran afectación. En una primera etapa de sucesión están las especies pioneras. Estas son más resistentes y tienen un rápido crecimiento.
En lo que se refiere a las técnicas humanas están las bolas de arcilla, conocidas como supersemillas, que se colocan con especies locales y nutrientes.
Eso sí, Puertas dejó claro que no es solamente reforestar por reforestar, sino una acción planificada, pensando en el uso sostenible de la tierra, incluir a las comunidades.
Tiempos de recuperación
De acuerdo con el Ministerio de Ambiente, el cambio climático ha generado consecuencias para Ecuador y otros países de la región.
Las acciones de restauración deben arrancar cuando el fuego es sofocado totalmente y una vez que el suelo se haya enfriado, esto en un lapso no menor a 30 días.
En las próximas tres semanas, será necesario levantar un diagnóstico y cuantificación del área afectada, para, en los tres meses posteriores, empezar el proceso de restauración.
Eso contempla labores de preparación del suelo, estabilización de taludes, selección de especies nativas, logística y la coordinación de equipos de trabajo.
Luego de esas etapas, van las jornadas de restauración con el despliegue de brigadas. La meta: labores de limpieza de escombros y retiro de especies invasoras, para continuar con la reforestación de especies nativas en espacios cerrados que faciliten su desarrollo.
Tras un mes de haber plantado las especies, caben las tareas de monitoreo y mantenimiento constantes para asegurar la sobrevivencia de las plántulas o arbustos.
El seguimiento
Cada dos meses, se debe evaluar el crecimiento de la zona reforestada y confirmar la erradicación de especies invasoras.
Finalmente, indicó el Ministerio de Ambiente, seis meses después de la reforestación, se constatará el crecimiento de las plantas en la zona condicionada.
Texto original de El Comercio
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