Washington (EFE).- El Fondo Monetario Internacional (FMI) clamó este miércoles contra el sesgo sistemático en las proyecciones de deuda que realizan la mayoría de gobiernos y exigió una actuación inmediata y contundente para bajar la excesiva deuda global, que va en aumento año tras año.
“Lo más preocupante es que hay buenas razones para creer que los niveles futuros de deuda podrían ser incluso más altos que los proyectados actualmente por las presiones persistentes del gasto y por un sesgo sistemático en las proyecciones de deuda”, apuntó en una entrevista con EFE el director del Departamento de Asuntos Presupuestarios del fondo, Vítor Gaspar.
El FMI publicó este miércoles los últimos datos de su monitor fiscal y mejoró levemente las estimaciones de deuda mundial para este año, que se sitúan en el 93,2 % del PIB (frente al 93,8 % estimado en abril).
Sin embargo, el FMI estimó que la deuda global seguirá subiendo a un ritmo cercano al punto porcentual por año hasta alcanzar el 98,7 % del PIB en 2029.
“La deuda pública es muy alta. Es probable que supere el billón de dólares este año y seguirá aumentando, hasta que a finales de la década superará el pico de la pandemia y se acercará al 100 % del PIB, que es otra cifra bastante simbólica”, agregó Gaspar.
En cuanto al déficit global, en 2024 cerrará el año en el 5 % del PIB, una décima más de lo estimado el pasado mes de abril.
En 2025 el déficit global se reducirá hasta el 4,5 % (dos décimas menos de lo estimado previamente). Se espera que la consolidación fiscal a mediano plazo siga siendo modesta y se prevé que el déficit general se mantenga en el 3,8 % para 2029, alrededor de medio punto porcentual más que en 2019.
El FMI presentó el monitor fiscal en el marco de las reuniones de primavera que celebra por estos días en Washington junto con el Banco Mundial y que reúnen a las principales autoridades económicas del mundo.
Uno de los países más a tener en cuenta, señaló Gaspar, es Estados Unidos porque “es el principal determinante del ciclo crediticio global”. Su deuda seguirá subiendo durante los próximos años, cerrará 2024 en el 122,9 % del PIB y en 2029 habrá alcanzado el 133,7 % del PIB.
“Cuando hay una deuda creciente y una incertidumbre en la política fiscal en Estados Unidos, el monitor fiscal ha documentado en el pasado que hay importantes efectos indirectos al resto del mundo asociados con mayores costos de financiamiento, por lo que los acontecimientos en Estados Unidos son de relevancia global”, apuntó Gaspar.
El Monitor Fiscal analiza los motivos por los que la deuda pública a nivel global puede ser peor de lo que parece, entre ellos las presiones de gasto derivadas de las tendencias subyacentes -el cambio tecnológico y la transformación económica, el clima y la demografía- y los desafíos políticos a nivel nacional, continental y mundial.
También por el mencionado sesgo optimista en las proyecciones de la deuda y por la incertidumbre intrínseca asociada a los acontecimientos económicos, financieros y políticos, señala el FMI.
En esta ocasión, precisó Gaspar, el monitor fiscal “se centra mucho en la deuda de los gobiernos en todo el mundo y los riesgos asociados a la deuda y sobre cómo los responsables de las políticas deben abordar estos desafíos”.
“Creemos que los riesgos para las perspectivas de deuda están sesgados al alza. El monitor fiscal estima que, utilizando un nuevo marco de deuda en riesgo, en un escenario severamente adverso, la deuda global podría incluso ser 20 puntos porcentuales del PIB más alta dentro de tres años, y eso le daría una proporción general de alrededor del 150 % del PIB en 2026”, alerta Gaspar.
Esta situación es preocupante por varias razones, entre otras porque “limita la capacidad de los países para gastar en artículos prioritarios como la salud, la educación o la inversión pública, ya que el pago de la deuda absorbe una proporción cada vez mayor de los ingresos fiscales”, agrega.
También reduce la capacidad financiera del gobierno para responder a shocks económicos y financieros adversos, algo vital, como pudo verse en la pandemia.
“Nuestra conclusión es que ahora es el momento de que la política fiscal dé un salto sobre la deuda pública. Los retrasos, en nuestra opinión, son costosos y arriesgados”, alertó Gaspar. EFE
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