En una carta fechada el 13 de octubre, Antony Blinken -secretario de Estado- y Lloyd Austin -jefe del Pentágono- advirtieron a Ron Dermer -ministro de Asuntos Estratégicos- y Yoav Gallant, secretario de Defensa, que Estados Unidos suspenderá la asistencia militar si Israel no aumenta -en 30 días, máximo- la provisión de ayuda humanitaria para los miles palestinos que están desplazados en la zona norte de Gaza.
“Lo que hemos visto en los últimos meses es que el nivel de asistencia humanitaria no se ha mantenido”, señaló el vocero del Departamento de Estado, Matthew Miller. Y completó: “De hecho, ha caído más del 50 por ciento desde donde estaba en su punto máximo”.
En el norte de Gaza hay más de 400.000 palestinos desplazados, que llegaron en extremas condiciones cuando las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) se enfrentaron con Hamas, una semana después de la masacre ejecutada por esa organización terrorista el 7 de octubre de 2023.
Hamas siempre utiliza un idéntico procedimiento para operar contra israel y minimizar los daños colaterales: se mezcla con los ciudadanos palestinos, se esconde en los hospitales y utiliza las escuelas para esconder drones, misiles y armas.
El ejército israelí desmanteló a Hamas en el sur, y ahora los restos de la organización terrorista se movió al norte para mimetizarse entre los palestinos que perdieron todo debido al conflicto causado por la milicia proiraní.
En este contexto, las tropas de Israel instan a que los palestinos regresen al sur para evitar una tragedia, mientras atacan a Hamas en el norte para terminar con su poder en Gaza.
Como las Fuerzas de Defensa de Israel asumen que los terroristas de Hamas se mimetizan con los palestinos desplazados, los camiones con ayuda humanitaria destinados al norte de la Franja empezaron a escasear.
El gobierno israelí no quiere que la organización fundamentalista se benefice con los insumos aportados por la comunidad internacional, y entonces decidió ralentizar el ingreso de los camiones con alimentos, medicamentos y agua potable.
Esta decisión bélica fue cuestionada por Joe Biden, y eso derivó en la carta que firmaron Blinken y Austin advirtiendo que la asistencia militar de Estados Unidos se suspendía en 30 días, si Israel no permitía la distribución de la ayuda humanitaria en la zona norte de Gaza.
“La cantidad de asistencia que entró en Gaza en septiembre fue la más baja de cualquier mes durante el año pasado. Para revertir la trayectoria humanitaria descendente de acuerdo con las garantías que nos dio, Israel debe, de ahora en adelante y en un plazo de 30 días, actuar sobre las siguientes medidas específicas”, escribieron Blinken y Austin.
Y agregaron para que no haya dudas en Jerusalem: “La falta de demostración de un compromiso sostenido con la implementación y el mantenimiento de estas medidas puede tener implicaciones para la política estadounidense en virtud del NSM-20 y la correspondiente Ley (de Suministro de Armas) de Estados Unidos”.
En términos simples, el secretario de Estado y el jefe del Pentágono informan que la legislación estadounidense prohibe la asistencia militar a los países que bloquean la ayuda humanitaria proporcionada por la Casa Blanca.
Los ministros Dermer y Gallant entregaron la carta a Benjamín Netanyahu, y después hubo un debate político respecto a las medidas que deberían adoptarse en el terreno. El premier israelí aún no contestó formalmente la carta, ni tampoco hizo comentarios públicos para fijar posición.
Durante el análisis de la carta remitida desde Washington, Netanyahu y su gabinete entendieron que las condiciones que exige la Casa Blanca -además de los niveles de la ayuda humanitaria- pueden trabar su ofensiva sobre la zona norte de Gaza.
Blinken y Austin también solicitaron que las Fuerzas de Defensa de Israel implementen “pausas adecuadas” durante los enfrentamientos con Hamas para permitir que fluya la ayuda humanitaria y que los palestinos desplazados se muevan desde los campamentos en Mawasi -zona costera- al interior de la Franja para pasar el invierno en mejores condiciones.
Estas propuestas de la administración Biden encendieron alarmas en el primer ministro israelí y su gabinete. Netanyahu no tiene intenciones de aplacar su ofensiva contra Hamas, y las condiciones adicionales de la carta Blinken-Austin contradicen su mirada táctica sobre la guerra que libra Israel en la Franja.
La exigencia temporal de la carta -30 días contados desde el 13 de octubre- determina que ya habrá un presidente electo en Estados Unidos. En plena campaña proselitista, Netanyahu congeló las negociaciones para una tregua en Gaza y un cese del fuego en Líbano, y en ambos casos tuvo en cuenta que Biden era un Pato Cojo, un jefe de estado con escaso poder e influencia.
Desde esta perspectiva, Netanyahu no hará nada para sosegar su ofensiva en el norte de Gaza. Y el tiempo le juega a favor: 30 días en Medio Oriente es una eternidad.
Texto original de Infobae
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