El proyecto revolucionario en el que colaborará el actor Leonardo DiCaprio busca restaurar una de las islas del archipiélago ecuatoriano de Galápagos.
La restauración involucrará el uso de drones, inteligencia artificial (IA), decenas de científicos, la población de la isla, más de diez millones de dólares y la colaboración del artista Leonardo DiCaprio.
El plan es restaurar la isla Floreana, la sexta más grande del archipiélago ecuatoriano de Galápagos.
Se trata de un esfuerzo de varios años, que es defendido por filántropos contemporáneos como DiCaprio, según señaló este sábado a EFE una fuente de la Fundación de Conservación Jocotoco, que participa en el proyecto de restauración.
Daños durante dos siglos
El archipiélago, situado a unos mil kilómetros de las costas continentales ecuatorianas, alberga muchas especies de plantas y animales endémicos, y algunos solo se encuentran en la Isla Floreana.
“Desafortunadamente, la increíble biodiversidad ha sufrido durante los últimos dos siglos“, señaló la fuente al recordar que los primeros piratas y balleneros cazaron a la tortuga gigante de Floreana “hasta que no quedó ninguna en la isla”.
Otros depredadores introducidos, como ratas y ratones, diezmaron algunas de las otras especies, especialmente sus aves terrestres, que no tenían defensas ante amenazas no naturales. Esto “provocó la extinción local de 13 especies en Floreana”.
Esta situación buscan revertir con la restauración ecológica. Para ello llevarán de regreso a casa a las especies de animales que se han perdido durante generaciones.
Drones para encontrar depredadores
Combatir a los depredadores introducidos fue uno de los mayores retos del proyecto. Su eliminación requirió cerca de diez millones de dólares, que financiaron organizaciones como Re:wild. En esta institución Leonardo DiCaprio es miembro fundador del Consejo.
Con esa financiación, el equipo del proyecto utilizó drones con video térmico para encontrar depredadores ocultos en grietas volcánicas rocosas.
Una cuadrícula de cámaras trampa tomó fotos de ellos y determinó sus ubicaciones. Un programa de IA fue capaz de identificarlos por especie. Aunque el control de especies invasoras continúa, para finales de 2023 casi no quedaban depredadores invasores.
En paralelo, los expertos enfrentaron otro reto: proteger la vida silvestre nativa, por lo que reunieron a individuos de las especies de pinzones endémicos de Floreana y los colocaron en aviarios.
En febrero pasado, ya en condiciones seguras, el equipo liberó más de 500 de estos pinzones, algunos de ellos con transmisores para monitorear su adaptación y comportamiento.
Tortuga gigante de Floreana
En algún momento -recuerda Jocotoco- se pensó que la tortuga gigante de Floreana estaba extinta, pero pruebas genéticas recientes mostraron que sus ancestros fueron llevados a la Isla Isabela. Aquí estas se cruzaron con las tortugas del volcán Wolf. El dato que sorprendió es que se mantuvieron la mayoría de los genes de las de Floreana.
El Parque Nacional Galápagos y otros socios lanzaron un ambicioso plan para criar a estas tortugas y reintroducirlas en Floreana.
Las tortugas son ingenieras en un ecosistema: ayudarán a restaurar las condiciones que otras especies necesitan para sobrevivir, anotó la fuente.
Pero la restauración ecológica no se detendrá con las tortugas, pues en total, el proyecto reintroducirá 12 especies en la isla. Algunas, que desaparecieron de Floreana, persistieron en otras islas de Galápagos y en pequeños islotes cerca sin ratas ni ratones.
Esas poblaciones se utilizarán como fuente para repoblar Floreana con especies de pinzones de Darwin, al cucuve de Floreana, el pájaro brujo, así como el gavilán de Galápagos, la lechuza de campanario y la culebra de Floreana, entre otros.
Para Eliécer Cruz, director del Programa Galápagos de la Fundación Jocotoco, el trabajo realizado ahora benefició también a la población. Ya no hay ratas ni ratones que se coman sus cultivos, sus cosechas aumentaron, y, además, se puede reactivar el turismo de vida silvestre.
“En este momento -dijo- tenemos una oportunidad para cambiar el rumbo del futuro de Floreana, para su vida silvestre y para su gente (160 habitantes)”. EFE
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