El humo y ceniza por incendios forestales pueden tener efectos graves en la salud, especialmente en personas con problemas respiratorios, niños y mascotas. Este grupo es el más vulnerable ante la nube de humo que cubre Quito la tarde de este miércoles 04 de septiembre del 2024 debido a los cuatro incendios forestales que están activos en la capital.
Estos grupos son especialmente vulnerables a los contaminantes presentes en el humo, como las partículas finas, gases tóxicos y otros compuestos químicos liberados durante la combustión. Según la Secretaría de Ambiente del Municipio de Quito, la calidad del aire en la capital podría empeorar en las próximas horas.
Las fuertes ráfagas de viento trasladan las partículas dañinas desde la zona de los incendios hacia la ciudad, por lo que se evidenció la caída de ceniza y presencia de humo y olor a quemado en la ciudad.
Según la neumóloga Carina Coronel, las personas con problemas respiratorios como asma, bronquitis crónica, rinitis alergiaca EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica), o alergias, la exposición al humo ya la ceniza puede afectarlos más en función de la carga de partículas inhaladas.
A ellos se les recomienda tener a la mano sus medicamentos de emergencia para evitar una insuficiencia respiratoria. Además, deben utilizar mascarilla.
En el caso de los niños, estos son más sensibles ya que su sistema respiratorio aún se encuentra en desarrollo. Además, ellos tienden a respirar más rápido que los adultos, lo que significa que inhalan más contaminantes por unidad de peso corporal.
La exposición al humo de incendios forestales puede causar irritación en los ojos, garganta y vías respiratorias, y aumentar el riesgo de infecciones respiratorias. Los niños con asma o problemas respiratorios preexistentes corren un riesgo aún mayor, y la exposición prolongada puede afectar su desarrollo pulmonar a largo plazo.
Las mascotas como perros y gatos también pueden sufrir efectos adversos del humo y la ceniza. Al igual que los humanos, los animales pueden experimentar irritación en los ojos, nariz y garganta, así como dificultad para respirar.
Las mascotas con condiciones respiratorias preexistentes, como el asma felino, son particularmente vulnerables. Además, los animales pueden estar expuestos a peligros adicionales al lamerse el pelaje donde se haya depositado ceniza o al ingerir agua o alimentos contaminados con partículas de humo.
Coronel explica que es necesario permanecer en el interior del domicilio para minimizar la exposición al humo y la ceniza, especialmente en los lugares en los que los niveles de humo son elevados. También es recomendable, dice la experta, mantener las ventanas y puertas cerradas y utilizar purificadores de aire con filtros.
Las personas con problemas respiratorios podrían considerar el uso de mascarillas N95 cuando sea necesario salir al exterior, ya que estas pueden filtrar las partículas finas del aire. Sin embargo, las mascarillas no son recomendadas para niños menores de 2 años debido al riesgo de asfixia.
Es aconsejable evitar el ejercicio o actividades físicas al aire libre, ya que estas incrementan la inhalación de aire contaminado.
Para las mascotas, es importante observar cualquier signo de dificultad para respirar, letargo o irritación. Si se notan síntomas preocupantes, es recomendable consultar a un veterinario.
El humo también puede causar estrés en las mascotas, ya que los animales pueden percibir el fuego y el peligro, lo que los pone en un estado de ansiedad.
Si las mascotas lamen su pelaje o ingieren cenizas que han caído en su entorno, pueden sufrir irritación gastrointestinal y otros problemas de salud.
Texto Teleamazonas
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