En lo que configura un gran hallazgo y tras acentuar la encarnizada competencia entre dos potencias, en los últimos días, China y Estados Unidos lograron develar una de las grandes incógnitas del espacio: encontraron agua en otro planeta y en la propia Luna. ¿Qué representa este descubrimiento para la carrera espacial?
¿Qué rastros de agua se habían encontrado hasta el momento?
Si bien el agua en otros planetas siempre fue un tema de interés, no siempre se encontraron las pruebas suficientes como para afirmarlo. De hecho, muchas misiones escanearon la superficie lunar en su totalidad y no encontraron más que pequeños atisbos que no representaban una prueba fehaciente, como piedras que constituían una tímida señal de que podría haber habido agua.
Por el lado de Marte, el rover Perseverance de la NASA brindó un rayo de esperanza. En su misión de 2021, se buscaban específicamente rastros de vidas pasadas en el planeta y, en ese operativo, descubrieron minerales que habían sido formados por ambientes acuáticos.
Sin embargo, la Luna parecía un destino menos probable. Nuevamente, la NASA lanzó la sonda espacial llamada Lunar Reconnaissance Orbiter. Esta misión se llevó a cabo en 2009 y, desde entonces, sigue allí enviando imágenes a la Tierra.
Su tarea principal fue buscar estudiar los polos de la Luna. En esta misión, se descubrió que había hielo en los cráteres de estas zonas, pero no se pudo definir si el agua en estado líquido podía subsistir en ese ambiente.
A su vez, la sonda espacial Chang-e’4 lanzada en 2019, cuando se aterrizó por primera vez en el lado oscuro de la Luna, también despertó las primeras sospechas de que podía haber agua. Fueron varias las investigaciones hechas por el rover Yutu-2, tanto en la superficie como en el subsuelo lunar, para tomar muestras.
Los hallazgos espaciales de China
En primer lugar, el 11 de agosto, la Administración Espacial Nacional China anunció que la sonda espacial Chang’e-5 logró encontrar agua en la Luna, a unos pocos meses del aterrizaje realizado en el lado oscuro de la Luna por el Chang’e-6. Esta serie de misiones comenzó en 2007 y, en su quinto lanzamiento, realizado en 2020, logró recolectar muestras que confirman que se encontró agua en la Luna.
De hecho, no es la primera vez que se consiguen pruebas de que haya agua, pero nunca se había visto el agua en su forma molecular: H₂O. Los investigadores a cargo de Chang’e-5 describieron la muestra como un “cristal prismático transparente en forma de placa”.
Según lo estudiado, los minerales están compuestos por un 41 % de agua y el resto de amoniacos que estabilizan las moléculas de agua. Así es como un elemento como este puede subsistir en un ambiente con temperaturas tan extremas como la Luna.
Asimismo, las muestras fueron recogidas en una zona de latitud media, un lugar que se creía que era imposible que contuviera agua.
La NASA encontró agua en Marte
Por otro lado, en Estados Unidos también avanzan en la carrera en el espacio con grandes descubrimientos. Si bien el rover Perseverance había encontrado cráteres que sugerían la posibilidad de que hubiera habido agua en el planeta, ahora se encontraron pruebas más contundentes.
En 2018, la NASA decidió emprender una misión con un robot que pudiera quedarse fijo y posado en Marte. Además, estaba equipado con tecnología de alta gama para realizar mediciones y recoger muestras. Dicha misión se denominó InSight y duró cuatro años.
Sus resultados fueron publicados el lunes 12 de agosto y revelaron que, en el interior del planeta rojo, hay una gran cantidad de agua, con una profundidad de entre 1 y 2 kilómetros. Los investigadores sugieren que se trata de agua de los antiguos océanos que había en Marte hace miles de millones de años. Este elemento pudo haber quedado por debajo de la superficie a partir de heladas o acuíferos profundos.
También se cree que gran parte del agua se encuentra en la corteza media marciana y fluye a través de grietas de rocas que se encuentran a entre 11 y 20 kilómetros de profundidad.
Sin embargo, el estudio publicado por los investigadores también reveló que no sería de utilidad para futuros y posibles habitantes, por estar tan fuera de alcance. Pese a esto, los descubrimientos son muy valiosos para la comunidad científica, ya que pueden ayudar a que se reinventen las misiones espaciales.
Con la confirmación de la presencia del agua, se puede pensar en no solo idear la forma de traerla de vuelta a la Tierra, sino en encontrar artefactos y tecnología que puedan potabilizarla para realizar misiones más largas y contar con insumos ahí mismo. ¿Cómo seguirá la carrera espacial? Las expectativas están a la orden del día.
Texto original de Infobae
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