El presidente francés, Emmanuel Macron, agradeció este lunes su labor a todos los que han estado implicados en los Juegos Olímpicos de París, que a su parecer han sido «un éxito de organización, de seguridad, deportivo y popular».
En una ceremonia de agradecimiento organizada en los jardines del Palacio del Elíseo, Macron no se privó de superlativos para calificar lo que ocurrió durante los JJOO que se desarrollaron entre el 26 de julio y el 11 de agosto.
«Ya veremos quién hará unos Juegos como éstos», señaló con un tono de orgullo y desafío, después de insistir en que «todo esto acabó anoche, pero habrá una herencia».
A ese respecto, insistió en que «hemos hecho unos JJOO sostenibles» y «paritarios», y eso perdurará.
Resaltó que, gracias a la cita olímpica y a unas inversiones de 1.400 millones de euros, se ha conseguido la descontaminación del río Sena a su paso por París, al igual que el Marne, en los que en el futuro será posible bañarse, como ya lo han hecho algunos deportistas para las competiciones.
Igualmente se refirió a las actuaciones que se han llevado a cabo en el departamento de Seine Saint Denis, el más conflictivo de la Francia metropolitana, donde se construyó la Villa Olímpica, que se convertirá en viviendas, y a los otros equipamientos que se han construido allí, como el nuevo centro acuático.
Habló también de la «herencia cultural» por la renovación del Grand Palais, que va a posibilitar su reapertura como espacio de exposiciones y espectáculos en el centro de París.
Pero sobre todo, quiso hacer hincapié en «algo más inmaterial» que espera que quede como herencia, que es «la capacidad para trabajar juntos» más allá de las tradicionales fracturas entre los habitantes de París y los del resto del país, o el sector público y el privado.
A su juicio «eso no puede evaporarse» porque, según su lectura, lo que han puesto en evidencia estos Juegos es que los franceses «cuando vamos todos juntos, somos invencibles».
El jefe del Estado no se olvidó de recordar a los agoreros que «durante muchos años nos han dicho que no era posible» organizar algo así y que montar la ceremonia de apertura en pleno centro de París «era una locura».
Dirigiéndose a los cientos de personas que habían sido invitadas a los jardines del Elíseo, les dijo que muchos expertos habían augurado que «todo lo que habéis hecho era imposible» y al final han sido desmentidos.
«Eso ha sido posible gracias a vuestra confianza», subrayó Macron, que hizo un repaso a los diferentes colectivos y profesionales implicados en la organización, con una atención especial a las fuerzas del orden y a los voluntarios.
Recordó que en total se movilizaron 250.000 personas de las fuerzas de seguridad durante todos los Juegos Olímpicos. Eso incluye, en particular, los 35.000 policías y gendarmes que cada día se ocupaban de labores de protección en París y su área metropolitana.
A ellos les apoyaron 18.000 militares, en su mayoría de la misión antiterrorista Sentinelle, así como agentes de seguridad privada, de los que hubo que formar a 25.000.
A los 45.000 voluntarios, franceses pero también de un centenar de países, les dijo que habían «dado una lección a todo el mundo» al sacrificar su tiempo personal.
El presidente francés quiso también proyectarse en los Juegos Paralímpicos de París, que se celebrarán del 28 de agosto al 8 de septiembre.
Avanzó que 45.000 personas están movilizadas para la ceremonia de inauguración y que cada día el dispositivo de seguridad estará compuesto por 25.000 agentes. EFE
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